Dirigentes políticos y sociales impulsarán un plan de acción común en rechazo a la privatización del sector energético, que incluye intensificar la recolección de firmas para exigir que la reforma energética sea sometida a consulta popular.

El llamado a la unidad, en el que participarán, el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano; el senador Alejandro Encinas; Mario Saucedo; Manuel Canto Chac, y el dirigente de los telefonistas, Francisco Hernández Juárez, entre otros, se celebrará este miércoles a las 10 horas en el Club de ­Periodistas.

En el documento titulado Plan por la unidad nacional y la defensa de la patria advierten que la reciente modificación a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales abre las puertas a la acumulación de un poder desmesurado e incontrolable por parte de las grandes compañías privadas trasnacionales del petróleo y de la electricidad, que son las verdaderas beneficiarias de la reforma recientemente aprobada por el PRI y el PAN.

Además de que la considera inmoral, ilegítima e inconstitucional, porque atenta y rompe el pacto social surgido de la Revolución Mexicana; desecha los principios que dieron sustento a la Constitución; niega el espíritu del constituyente de 1917, y cancela los beneficios que trajeron las expropiaciones para el pueblo de México, a pesar de la enorme corrupción de la clase gobernante.

Se reitera, asimismo, que la reforma energética “significa un despojo al país y al pueblo por el gobierno y los legisladores que votaron a favor, porque se entregan las riquezas y los recursos, patrimonio de todos los mexicanos, al lucro de empresas privadas, en vez de destinarse al bienestar y desarrollo libre y soberano de la nación.

Sus consecuencias serán tan graves o más que la pérdida de Texas y de la mitad del territorio en el siglo XIX. Nos convierte en un país aún más dependiente de los intereses de las corporaciones extranjeras y de sus gobiernos. Con la reforma se consuma un nuevo colonialismo con pérdida de la soberanía de la nación, se plantea.

Por tanto, convocan a ciudadanos y organizaciones sin distinción de idelogías, creencias, diferencias sociales o filiación política a unificar esfuerzos para revertirla, y llaman a participar en una gran movilización el 31 de enero.