Pese a la diversidad de programas gubernamentales para combatir la pobreza en que está más de la mitad de los mexicanos, en los cuatro sexenios pasados ésta se ha mantenido prácticamente igual, según las propias cifras oficiales.

En 1992, 53.1 por ciento de las personas se encontraba en situación de pobreza patrimonial, mientras para 2012 dicha incidencia se ubicó en 52.3 por ciento, se reconoce en el Programa sectorial de desarrollo social 2013-2018 del gobierno federal, publicado el viernes pasado en el Diario Oficial de la Federación.

En dicho programa, que encabeza la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), se expone que las crisis económicas y financieras de 1995 y 2008-2009 dañaron el ingreso de las familias y elevaron los niveles de pobreza.

Entre 2005 y 2013, se expone, el aumento de precio de las canastas alimentarias fue mayor que la inflación promedio, lo que afectó sobre todo a las familias de menores ingresos.

Aparte de la caída de los ingresos laborales, se menciona que en las últimas décadas el crecimiento de largo plazo de la economía mexicana ha sido lento. Si se toma en cuenta el periodo 1950-2010, el crecimiento anual promedio del producto interno bruto (PIB) per cápita fue de 2 por ciento, lo cual representa una tasa menor que las obtenidas en países como Chile, Corea del Sur, Irlanda y España.

Se recuerda que aunque la desnutrición en menores de cinco años ha disminuido entre 1988 y 2012, junto con la desnutrición crónica (baja talla), ésta mantiene una incidencia de 13.6 por ciento, lo cual significa que casi 1.5 millones de menores de cinco años se encontraban en dicha condición en 2012.

Sin embargo, se aclara que hay un aumento de la carencia de acceso a la alimentación entre 2008 y 2010, de 21.7 por ciento a 24.8, para disminuir a 23.3 en 2012.

Existe, se destaca, una población de 27.4 millones de personas con esa carencia. De ellos, 11.3 millones (9.7 por ciento de la población total) presentaron inseguridad alimentaria severa y 16 millones (13.7 por ciento de la población total) estaban en situación de inseguridad alimentaria moderada. Mientras, unos 7 millones de personas presentaban dicha carencia y pobreza extrema, sobre todo en zonas rurales e indígenas.

Se apunta que 22.6 millones (19.2 por ciento de la población total) presentaban rezago educativo en 2012. Poco menos de 2.8 millones de niñas y niños entre 3 y 15 años de edad (9.7 por ciento de este grupo) no asistían a la escuela y casi 5.5 millones de personas de 16 años o más, nacidos en 1982 o después, (18.5 por ciento de este grupo) no tienen secundaria completa.

En salud, se informa que en 2012 la carencia de ese servicio afectó a 21.5 por ciento de la población, es decir, a 25.3 millones, de las cuales 13.7 millones son hombres (24 por ciento de la población masculina) y 11.6 millones, mujeres (19.2 por ciento de la femenina).

En el documento también se abordan otros temas relacionados con la pobreza y su combate, como los ingresos, la vivienda, la seguridad social y la participación ciudadana.

En el Programa sectorial de desarrollo social 2013-2018 se plantea: De acuerdo con el diagnóstico presentado, la política social de nueva generación debe priorizar acciones que potencien el desarrollo de capacidades, incrementen el acceso a esquemas de seguridad social, ayuden a construir un entorno digno, ayuden a mejorar el ingreso y tomen en cuenta la participación de las personas para que como resultado de la acción coordinada entre el gobierno y la población, se pueda superar la pobreza y eliminar las brechas de desigualdad.