as autoridades madrileñas volvieron a fracasar en lo que era su otro gran proyecto para la región. Después del hundimiento de la candidatura olímpica de la capital española, con la mofa internacional de la alcaldesa Ana Botella por su pésimo inglés y su discurso repleto de lugares comunes y sinsentidos, ahora se confirmó que el proyecto de Eurovegas no se desarrollará finalmente en Madrid. Y de paso se cierra definitivamente la puerta al proyecto que según las autoridades regionales supondría el inicio de la recuperación económica, la creación masiva de puestos de trabajo y hasta la reconquista de los turistas que en años recientes empiezan a dar la espalda a la ciudad.

El magnate de La Vegas, Sheldon Adelson, ha sido el personaje que ha visitado en más de seis ocasiones Madrid para estudiar el megaproyecto que pretendía crear una ciudad a imagen y semejanza de Las Vegas, pero en Europa, y con el mismo espíritu de devoción desenfrenada al juego, al sexo (de pago) y a los grandes espectáculos de variedad. Entre las muchas condiciones que puso el empresario de origen judío destacaban algunas cuestiones muy polémicas, como una regulación particular de la ley antitabaco, con el objetivo de que en su negocio se permitiese fumar a sus clientes, así como una especie de seguro de indemnización del que se haría cargo el Estado español si el proyecto fracasaba o se cambiaban las condiciones legales.

Tanto la anterior presidenta, Esperanza Aguirre, como los actuales gobernantes de Madrid, Ignacio González (Comunidad) y Ana Botella (Ayuntamiento) dijeron sí a todo, pero finalmente el gobierno de Mariano Rajoy decidió rechazar algunas de las condiciones impuestas por Adelson, al considerar que eran inasumibles para el país. Y la reacción de Adelson y sus socios fue inmediata, a través de un comunicado: Tras meses de conversaciones a varios niveles con el gobierno español no vemos un camino con los criterios necesarios para continuar adelante, y anuncian que seguirán una búsqueda agresiva de oportunidades en Asia.

Sin las Olimpiadas y ahora sin el dichoso proyecto de Eurovegas, Madrid está más a la deriva que nunca y con severos problemas por el deterioro cada vez más evidente de los servicios públicos básicos, como quedó en evidencia en la reciente huelga de basura, que convirtió a la capital española en un gran estercolero sin que sus autoridades resolvieran el conflicton con celeridad.

Armando G. Tejeda, corresponsal