La idea de lo masculino es simplemente una percepción de los tiempos. Una concepción de qué es un hombre en una determinada época y una regularidad que establece un poder dominante, expresó Andrés de Luna en la presentación de Músculo corazón: masculinidades en México (La Cabra Ediciones, 2013) en la Librería Rosario Castellanos.

Autor de uno de los seis ensayos incluidos en el libro, De Luna aseguró que hablar de masculinidad es hablar de un tema que resulta un paréntesis, algo que, confrontado con el feminismo, pues, también habría que decir que es una especie de mito que surge en diferentes épocas.

Respecto del volumen, que comprende 60 retratos de hombres mayores de 40 años, realizados por Maritza López y Rogelio Cuéllar, el escritor dijo que lo único que queda pendiente allí es saber qué es lo masculino.

Para Irving Domínguez, curador e investigador independiente, actualmente la fotografía mexicana es un territorio vastísimo, que tiene una gran cantidad de intereses. La representación del sujeto y su experiencia social tiene una serie de puntos muy localizados que están puestos básicamente en el margen. En el caso de las identidades ligadas a la libertad sexual, en el último lustro en México lo que más interesa a los fotógrafos es el retrato transgénero. Este libro es un contrapunto absoluto.

Músculo corazón, continuó Domínguez, hace énfasis en esa corporalidad que parece que va de salida, pero esto no es cierto. Es un hecho que la experiencia de masculinidad parecía muy compacta hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, después cambió de muchas maneras. Sin embargo, dijo no entender por qué alguien espera que se explique la masculinidad de una vez por todas en un solo tomo: hay muchas formas de ser varón.

El presente es un libro de encuerados que a todos nos puede generar muchas cosas; eso está bien en esos tiempos en que hay tanta displicencia, opacidad y grisura, aseguró la periodista cultural Angélica Abelleyra. Los seres humanos tenemos cuerpo, pero no lo habitamos. Si el cuerpo es nuestra casa, a veces está abandonada. Nos vemos pero no nos miramos, acotó

Ante el comentario de María Luisa Passarge, coordinadora de la edición junto con Hilda Saray Gómez González, sobre el interés de realizar un segundo tomo, Abelleyra pidió incluir más anónimos.

Varios de los valientes retratados se encontraban entre el público, como el actor Farnesio de Bernal, quien simplemente dijo: Me da mucha vergüenza que no me da vergüenza. Ese soy yo. ¿Por qué me he de esconder? La ropa te esconde.

Otro, el historiador Jorge Alberto Manrique, también se refirió a la preocupación de ponerse desnudo, pero que en su caso no me importó para nada.

El médico inmunólogo Carlos Leyva dijo que se desnudó por primera vez en el Zócalo para el proyecto fotográfico de Spencer Tunick. Respecto de un comentario hecho por Maritza López en cuanto a la preocupación que sintieron algunos de los retratados por el tamaño de sus miembros, dadas las condiciones de la sesión fotográfica, Leyva recordó que éste no se trataba de un catálogo de falos.