Ayer ganó la sociedad
a oposición al autoritarismo, la reacción a la burla, la necesidad de hacer algo, la exigencia de ser tomados en cuenta, el hartazgo y la indignación, son sólo algunas de las motivaciones que impulsan estos días la movilización ciudadana #PosMeSalto, protagonizada mayoritariamente por jóvenes muy jóvenes, en protesta por el incremento de 66 por ciento a la tarifa del Metro.
Este cabalístico viernes 13 en más de 20 estaciones del Metro la gente se hizo escuchar (y no sólo en las 14 que reportó el Gobierno del Distrito Federal). La indignación por la clara polarización de un país en el que una pequeña clase privilegiada lo posee todo y una inmensa mayoría sobrevive con mucho menos de lo mínimo, se expresó saltando, ladeando y atravesando por debajo los torniquetes de ingreso.
La torpeza y el autoritarismo del gobierno capitalino provocaron una movilización popular en la que los primeros en ser rebasados fueron los partidos políticos y las propias organizaciones, que lejos están de las demandas ciudadanas. La indignación no sólo viene del incremento a la tarifa (que afectará directamente el bolsillo de seis millones de personas), sino también de una decisión unilateral que se presentó como un acto democrático basado en una encuesta absolutamente ilegítima. Una burla.
Hay muchos México. Y dentro, un montón de DF. Muchas caras en la tercera ciudad más grande del mundo, con sus más de 20 millones de habitantes. Pero este viernes demostró, una vez más, que es una ciudad progresista, una ciudad habitada por una sociedad participativa y, además, festiva, pues ese era el ambiente en la saltada en las estaciones del Metro, donde no se registró violencia alguna.
Las redes sociales hicieron su trabajo. Y aunque sí hubo registro de los medios de comunicación, fueron las redes las que provocaron y difundieron desde las primeras horas del día. La creatividad se manifestó en incontables carteles y memes que son compartidos por decenas de miles de personas.
En la estación Bellas Artes desde las siete de la mañana los activistas reparten volantes y se apuestan con pancartas de repudio. Los jóvenes (de entre 15 y 20 años) llegaron en grupos de amigos. Fueron convocados por la página PosMeSalto y ni siquiera se conocen entre ellos. A las pocas horas ya son amigos y planean juntos las acciones siguientes.
El Gobierno del DF se vio obligado a dejar pasar
y no detener a nadie que entrara sin pagar al Metro, justo el día de entrada en vigor de la nueva tarifa. Los oponentes pusieron las cosas así: si nos detienes, pierdes. Si no nos detienes, también. Este viernes ganó la sociedad. Pero falta.