Mientras Rubens Sambueza implora salir iluminados este domingo en el estadio Azteca y asegura que Las Águilas no están muertas –a pesar de caer 2-0 en la final de ida–, su compañero Miguel Layún manifestó que cuando se nos busca, brota el orgullo.

Éste subrayó que “el equipo ha demostrado que no se cae fácilmente ante situaciones adversas; siempre hemos sabido levantarnos… Todavía me veo alzando el trofeo”.

El América volvió a la capital en un vuelo chárter y Sambueza se refirió al arbitraje: Creo que cometen errores (los silbantes) como cualquiera de nosotros, pero a veces no cobran las faltas que realmente hay. Explicó que tal vez sea “porque se habló demasiado en las semifinales.

“Dicen que debí haber sido expulsado en el partido contra Toluca, entonces capaz que por ahí el juez salió ayer a no cobrarme nada; pero así como señalan que debieron sacarme del partido, me parece que el Pájaro Benítez también tuvo que recibir cartón rojo. Sin embargo, ahora trataremos de pensar en lo que será el juego, antes que en el árbitro”.

Expuso que en cada partido “termino bastante golpeado, con mucho hielo por todos lados y parece que los silbantes piensan que me tiro pero, como dije, lo más importante es pensar en nosotros y en hacer bien las cosas.

“Molesta que me regañen, uno sinceramente trata de no quejarse del arbitraje, de jugar lo más limpio posible. No soy mal intencionado y las faltas que me hacen a mí son reiteradas y no sacan cartones.

En cambio, la primera o segunda que hago me sacan tarjeta y me condicionan a jugar todo lo que resta del partido, y eso para mí, que soy volante y siempre ando con roce del balón tratando de encarar, pues es complicado.

Sobre el triunfalismo que Ricardo Peláez (director deportivo del América) percibe en el equipo León, Sambueza señaló: Nos faltan el respeto como fue en todo el torneo y la liguilla, se dedicaron más a hablar y no tanto a jugar, pero nosotros estamos tranquilos porque hicimos un buen partido

El argentino naturalizado mexicano indicó que tienen mucha fe en que este domingo “esas (pelotas) que no quisieron entrar allá caigan acá en el Azteca… Recibimos una derrota que sinceramente no nos gusta, porque cuando mejor jugábamos nos hicieron el segundo gol, pero podemos dar vuelta (a la serie).

Hay que estar atentos, concentrados y ojalá Dios quiera que podamos remontar con nuestra gente. Hay que estar concentrados e iluminados.

Rechazó que eso vaya a ser una hazaña, porque ya hemos demostrado que podemos hacer dos goles y dar vuelta a resultados importantes.

Layún aseguró: “Estamos más vivos que nunca. Lo más importante es descansar hoy, trabajar bien mañana y el domingo hacer lo que nos corresponde, porque (en la ida) la pelota no quiso entrar. Fue uno de esos días difíciles de explicar en los que las cosas no salen en el último toque.

No tuvimos la fortuna de concretar. Seguramente ahora será al revés, haremos las jugadas y las concretaremos y lograremos el resultado, porque estamos en una final y eso nos motiva. Cuando se nos busca, nos brota el orgullo.

En tono tranquilo manifestó: Yo no he dejado de creer en el equipo y en lo que hacemos cada uno de nosotros, entonces, ¡claro que me veo levantando la copa!

El técnico Miguel Herrera, quien siguió lamentando las oportunidades que fallaron ante la meta rival, señaló que sus dirigidos están bien físicamente.

No cesó de arremeter contra los árbitros y dijo que entiende el triunfalismo de los Panzas Verdes: Es obvio, su equipo ganó y a nosotros nos faltó contundencia. Fuimos superiores y no lo reflejamos en el marcador, pero buscaremos la remontada, vamos con todo, conscientes de que debemos ganar acá.

Pidió que la afición americanista apoye y que presione al árbitro como hace en todos lados: La gente en León se comportó bien y no hubo nada que lamentar.

De su lado, Peláez señaló que observa cierto triunfalismo en el equipo León, al que recordó que faltan 90 minutos y creo que tenemos una gran oportunidad de revertir. Recuerdo la final anterior contra Cruz Azul, cuando en cinco minutos dimos la vuelta. Tenemos la capacidad para lograr el bicampeonato.