Retos por superar y deudas a saldar persisten en el país en materia de salud, sobre todo con las personas en condiciones de vulnerabilidad, como los 3.2 millones de individuos que viven en zonas alejadas, sin posibilidades de acceso a la atención médica. Así lo reconoce el Programa sectorial de salud 2013-2018; sin embargo, plantea metas modestas en los temas que califica de prioritarios.

Aunque señala los esfuerzos que a través de algunas acciones se realizan para acercar los servicios de salud a la población (IMSS-Oportunidades, unidades médicas móviles y el programa Cirugía Extramuros), el documento que entró en vigor ayer, con su publicación en el Diario Oficial de la Federación plantea que una acción esencial será la ampliación de estas estrategias y la puesta en marcha de otras posibles con las nuevas tecnologías de la información.

Sobre las enfermedades que representan las principales causas de mortalidad en el país, las crónicas no transmisibles, algunas se incluyeron entre los indicadores prioritarios de esta administración, aunque con metas limitadas, como la reducción de la tasa de hospitalización de pacientes con diabetes y sus complicaciones (esta es la principal causa de muerte en el país), que pasaría de 16.7 por cada 100 mil habitantes mayores de 15 años, a 16.

También está el planteamiento de bajar la tasa de muerte por cáncer de mama, principal causa de defunción en mujeres por tumores malignos, de 16.3 a 16 por cada 100 mil habitantes.

En cambio, con base en el sistema universal de salud, cuya formalización está en los planes inmediatos de este gobierno, el plan sexenal en la materia propone aumentar 50 por ciento el uso de los servicios médicos. Reconoce la actual subutilización de la oferta pública y el aumento en la demanda de atención en los consultorios anexos a farmacias privadas. Tales establecimientos crecieron 43 por ciento entre 2010 y 2012, apunta.

Elevar el volumen de prestación de servicios en las instituciones públicas supondría que la calidad de estos mejoraría. Además, durante el sexenio disminuiría el gasto de bolsillo, el cual asciende en la actualidad a la mitad del monto de la inversión nacional en salud.

El programa sectorial incluye 16 indicadores considerados como prioritarios y en el diagnóstico reconoce la baja disponibilidad de recursos para la salud, en comparación con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Mientras en México existen 1.7 camas por cada mil habitantes –1.3 si se toma sólo el sector público–, entre los miembros del organismo internacional el indicador es de 4.8

En cuanto a problemas específicos de salud que afectan a la población, plantea reducir la obesidad en niños de 5 a 11 años, de 14.6 a 12 por ciento; sobre la mortalidad de mujeres por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio, establece bajarla de 43 a 30 decesos por 100 mil nacidos vivos. Sin embargo, no se incluye cumplir o avanzar más rápido en la meta del milenio, comprometida por México ante Naciones Unidas, de llegar a una tasa de 22 por 100 mil.

Sin embargo, reconoce la necesidad de incrementar el acceso a la salud sexual y reproductiva, con énfasis en adolescentes y poblaciones vulnerables.

Entre las líneas de acción señala la promoción de acciones para prevenir el embarazo adolescente, coordinar con el sector educativo del nivel básico y medio superior una educación integral de la sexualidad, garantizar el abasto y la oferta de métodos anticonceptivos, incluida la anticoncepción de emergencia para adolescentes, así como la prevención de infecciones de transmisión sexual y el VIH/sida.