na vez más, los penales de Morelos fueron calificados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) como de los peores en el país. De acuerdo con la evaluación que cada año se realiza en materia de derechos humanos en los penales, Morelos obtuvo apenas 5.8 de calificación, pues las prácticas de vejación, aislamiento y carencia de lo más indispensable para la reinserción social son los signos del trato a los internos en la entidad.

De acuerdo con la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, Lucero Ivonne Benítez Villaseñor, a pesar de que ha habido avances falta mucho por hacer, por lo que se emitirá una recomendación al gobierno del estado para demandarle que resuelva los pendientes en el sistema de reinserción.

En la entidad existen seis cárceles distritales y un penal de alta seguridad ubicado en Atlacholoaya, en el municipio de Xochitepec, al sur de la capital. Los principales problemas que enfrentan los internos en los penales son hacinamiento, sobrepoblación y riñas, entre otros. Sin embargo, los verdaderos focos rojos son las fugas y el autogobierno.

A principios de la administración de Graco Ramírez, en un mes se fugaron siete internos, quienes salieron por la puerta debido a una confusión de las autoridades, quienes recibieron la orden de un juez de dejarlos libres por un delito, pero permanecer por otros. En cuanto al autogobierno, ha habido casos en que los propios internos no sólo ejercen control dentro de los penales, sino también fuera de ellos.

El caso más sonado fue el asesinato del director de una cárcel en la administración pasada. El funcionario fue desmembrado y sus restos dispersados en tres puntos de la ciudad, como mensaje a las autoridades. Quedan, pues, muchos pendientes.