Oslo, 10 de diciembre.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) recibió hoy el Premio Nobel de la Paz 2013 por sus 17 años de trabajo para eliminar las armas de destrucción masiva, durante una ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega.

El director de la OPAQ, Ahmet Uzumcu, encargado de recibir el premio, que consta de una medalla de oro, un diploma y un millón 200 mil dólares, aseguró que “esta es la primera vez que el Nobel de la Paz es otorgado a una organización que participa activamente en el desarme como una realidad práctica y duradera.

Nuestra tarea es conseguir que las armas químicas sean historia para siempre, una tarea que hemos llevado a cabo con silenciosa firmeza, agregó.

La OPAQ, fundada en 1997 para implementar la Convención de Armas Químicas, trabaja para hacer realidad la visión de un mundo libre de armas químicas, dijo hoy el director del organismo en Oslo. Más de 80 por ciento de las existencias conocidas de gas tóxico ya fueron destruidas.

En los 16 años en los que la Convención ha estado en vigor, ningún Estado miembro ha vivido un ataque con armas químicas, señaló Uzumcu.

Aun así, ataques como los ocurridos con gas sarín en Siria el pasado 21 de agosto, reclaman una mayor reacción internacional, recordó el director de la OPAQ.

Siria entró a formar parte de la convención después de que Estados Unidos dio su visto bueno a la destrucción hasta mediados de 2014 del arsenal químico en el país, inmerso en una guerra civil.

Algunos países todavía no son miembros de la OPAQ, recordó Uzumcu.

Ahora el reto es convencer a los seis que faltan para que se integren a la Convención sin retrasos ni condiciones, advirtió.

El presidente del Comité Nobel, Thorbjorn Jagland, exhortó a Estados Unidos y Rusia a que aceleren la eliminación de sus propias armas químicas y a los seis países que no han firmado o ratificado la convención –Angola, Corea del Norte, Egipto, Sudán del Sur, Israel y Myanmar– a que lo hagan.

Durante la entrega del Nobel de la Paz hubo también palabras en memoria de Nelson Mandela, que recibió el galardón hace 20 años.