El trabajo cultural con enfoque social será siempre el más útil y el mejor recibido, considera Rafael Tovar y de Teresa (DF, 1956), presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), al perfilar lo que será la política que se desarrollará en ese sector en lo que resta del sexenio.

En entrevista con La Jornada asegura que en 2014 quedarán concluidas las obras de remodelación de los Estudios Churubusco y el Centro de la Imagen, entre otros de los proyectos heredados de la anterior administración y que hace 12 meses, al recibirlos, tenían un avance de 65 por ciento.

“Es importante que se hagan obras de infraestructura cultural, aunque en el momento creen polémica, incertidumbres y dudas –continúa–, al final, se trata de una inversión que vale la pena. Lo importante es aprovecharla a plenitud”.

Añade que las cuatro iniciativas que comenzaron durante el gobierno panista de Felipe Calderón (remodelaciones de la Cineteca Nacional, construcción de la librería Elena Garro en Coyoacán y los ya mencionados) “parten de un eslabón más amplio, de anteriores remodelaciones o adecuaciones. Es decir, los proyectos culturales son a largo plazo.

“Hicimos un esfuerzo muy grande este año por continuar esos proyectos, para disponer de los recursos necesarios para su conclusión. Les hemos dedicado mucha energía. Son obras hechas con dinero público que se sumarán a lo ya existente, por lo cual es muy importante que tengan un modelo de sustentabilidad, un buen esquema de administración y un programa de trabajo. No se trata nada más de hacerlas, sino hay que poderlas usar a plenitud.

Se integrarán a la infraestructura del Conaculta, la cual, sin exagerar, es la más grande de América Latina. Por eso, en este gobierno no se creará nueva infraestructura, sino utilizaremos plenamente la que ya tenemos. La vamos a equipar y modernizar. Los recursos se tiene que ir a los lugares que tienen ya un uso y una legitimización colectivos, más que estar inventando cosas nuevas.

Posponen presentación de plan

La presentación del Plan Nacional de Cultura, programado para el pasado lunes en Guadalajara, se pospuso para el próximo año debido al viaje del presidente Enrique Peña Nieto a Sudáfrica para asistir a los funerales de Nelson Mandela.

No obstante, Tovar y de Teresa adelanta algunos detalles: “Los objetivos de una política cultural no pueden cambiar porque no cambia la riqueza y diversidad cultural del país. En ese sentido, las líneas de acción tienen que ver siempre con la protección del patrimonio cultural, el fomento al libro y la lectura, la necesidad de estimular la creatividad, preservar nuestras culturas populares, la necesidad de desarrollar los medios audiovisuales y vincularlos con la cultura, así como la creación de programas especiales para niños y jóvenes, y la acción internacional de México.

Rafael Tovar y de Teresa ayer, en su oficina de la colonia Chimalistac, durante la entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez

“Es cierto –prosigue Rafael Tovar y de Teresa– que no es el mismo Conaculta que recibí ahora que el que dejé en 2000. Hay nuevos actores, nuevas voces, necesidades, inquietudes y un mucho mayor deseo por participar en los temas culturales.

Frente a estos retos, en los que se pueden tener formas renovadas de acción, hay que reconocer cuatro proyectos estratégicos: uno, la necesidad de dar una dimensión social al trabajo cultural; dos, reconocer las herramientas que nos puedan ayudar a cumplir esos objetivos; tres, utilizar de manera plena la infraestructura para desarrollar una vida cultural intensa, aprovechando al máximo el capital que tenemos, sobre todo el humano; y cuatro, proyectar la imagen de México en el exterior de manera más positiva.

Respecto del presupuesto para concretar esos planes, Tovar y de Teresa reconoció que “nunca es suficiente el dinero para cultura frente a la cantidad de necesidades que tenemos. Sin embargo, cuando me fui, los recursos para el Conaculta eran de 4 mil 500 millones de pesos, hoy son de 16 mil 500. Los números no eran malos hace 12 años y se hicieron cosas muy importantes.

“Con lo que ahora tenemos podemos hacer muchas cosas, pero teniendo muy claras las prioridades, así como el orden y la transparencia.

“Hay que tomar en cuenta que de esa cantidad, no todo lo maneja Conaculta, 4 mil 500 es una asignación para el rubro de etiquetados que hace la Cámara de Diputados a proyectos culturales, tanto para estados y municipios, como para asociaciones civiles.

Nos quedan 12 mil y pico. Para el año que entra tenemos un aumento de alrededor de 600 millones. No estaremos limitados. Frente a las enormes necesidades en materia cultural que tiene el país utilizaremos bien los recursos, evitaremos las duplicidades y la creación de burocracias y administraciones innecesarias, para que los recursos se vayan a proyectos sustantivos y que no sean de asignación discrecional, concluyó.