La falta de normas para combatirla la ha invisibilizado, señala
La UACM ya creó una instancia jurídica para atender los casos graves
Miércoles 11 de diciembre de 2013, p. 44
La violencia, el acoso y el hostigamiento sexuales en las universidades es un fenómeno generalizado, el cual se ha invisibilizado
debido a que no se cuenta con los instrumentos necesarios para combatir esas problemáticas, señaló Yolanda Pineda López, profesora de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM).
En el caso de la institución de educación superior capitalina, de marzo a la fecha el Círculo de Estudios de Género del plantel San Lorenzo Tezonco ha atendido 11 casos de maestros que acosan a alumnas, estudiantes que hostigan a compañeras e incluso acoso entre trabajadores de intendencia, afirmó la maestra en Estudios de la Mujer.
Ante esa situación, explicó en entrevista, dicho círculo de estudios ha realizado campañas contra la violencia de género, el hostigamiento y el acoso sexuales, pero además ha creado un protocolo de atención para dar acompañamiento y protección a las víctimas.
Aunado a eso, y como complemento a estas acciones, la administración de la UACM, encabezada por Enrique Dussel Ambrosini, y por conducto de la oficina del abogado general, creó una instancia universitaria para dar seguimiento jurídico a los casos más graves, donde las agresiones son constantes, cuyo propósito es determinar presuntas responsabilidades y, de ser el caso, aplicar las sanciones que correspondan.
Tras señalar que uno de los principales problemas es que no hay una norma interna para atender esa problemática, Pineda López propuso instalar módulos de atención en los cinco planteles de la UACM, así como oficinas administrativas donde se dé atención sicológica y jurídica; pero también, dijo, es necesario crear figuras, como la amonestación, para que el agresor sepa que si lo vuelve a repetir podría hacerse acreedor a una sanción más severa.
Al fenómeno de la violencia en general se le ha dado poca importancia en las universidades; lo vemos en la falta de reglamentación; hay una invisibilidad del fenómeno
, motivo por el cual muchos casos no son denunciados y las víctimas prefieren cambiarse de plantel, de profesor o dejan de asistir a la escuela.
Precisó que el protocolo creado comienza levantando un acta en la coordinación del plantel, para después armar un equipo de acompañamiento, que elabora una ruta de atención con base en lo que la víctima requiera, y se le da protección dentro de la universidad. Asimismo, se habla con el presunto agresor para que cese el hostigamiento.
Respecto de la instancia universitaria instaurada por la oficina del abogado general, Federico Anaya Gallardo, fue creada con base en la legislación de respeto a los derechos humanos y de protección a las mujeres y a una vida libre de violencia.
Entrevistado por separado, el funcionario explicó que en los casos que las víctimas aún no deciden si denuncian penalmente, se abre dicha instancia, que da garantías de que ya no serán agredidas, pero también se respeta la presunción de inocencia del acusado, a quien se le comisiona para que prepare su defensa y evitar que se acerque a la o las afectadas.
En la actualidad esa instancia atiende cuatro casos, los cuales son analizados por un grupo de tres expertos en materia de violencia de género, que elabora un dictamen que servirá para que las autoridades universitarias tomen una determinación, que puede ir desde buscar un acuerdo para que la agresión no se vuelva a repetir, sanciones en el ámbito laboral o dar el acompañamiento para presentar una denuncia penal, si así lo decide la víctima.
Anaya Gallardo señaló que el Consejo Universitario trabaja en la creación de una norma interna para atender esta problemática, en la que lo ideal, dijo, sería que la actual instancia universitaria sea separada de la oficina del abogado general y dependa directamente del máximo órgano de gobierno de la UACM.