Era diciembre de 1949 cuando Marcial Maciel mandó llamar a su pequeño discípulo Juan José Vaca y le ordenó quedarse en su cama con la excusa de tener fuertes dolores. Se iniciaban así los abusos sexuales que se prolongarían por 13 años: Aquella noche, en medio de mi terrible confusión y angustia, desgarró por vez primera mi virginidad varonil.

Han pasado 65 años y sigue esperando justicia. Se muestra desencantado, cansado, harto de tantas mentiras y promesas incumplidas por parte de los legionarios de Cristo, que fue obligada a realizar una supuesta reforma interna que, en realidad, dice en entrevista con La Jornada, es sólo maquillaje.

Vaca tiene 76 años y es profesor de Sicología y Sociología en la universidad privada Mercy College en Nueva York, y se muestra escéptico y crítico del anuncio que hizo la orden, donde reconocen que 35 de sus sacerdotes fueron acusados de abusos sexuales contra menores desde 1941 a la fecha, y sólo nueve de ellos hallados culpables.

El comunicado de los legionarios de Cristo sobre sus sacerdotes pederastas le deja con más preguntas que respuestas: ¿por qué hasta ahora hablan de casos ocurridos desde 1941?, ¿por qué no dan a conocer la lista de los sacerdotes acusados?, ¿por qué no transparentan los procesos de investigación y publican el camino que siguió cada uno de los curas señalados por abusos sexuales?, ¿por qué los perpetradores no son puestos a disposición de la justicia?

La reciente negativa del Vaticano ante la ONU para informar de los abusos sexuales contra menores perpetrados por sacerdotes en el mundo no es buena señal: Espero que el papa Francisco de verdad haga algo; hasta ahora han sido sólo palabras y espero que pronto sean acciones, algo definitivo, porque hasta ahora nada.

Vaca fue director territorial de los legionarios de Cristo en Estados Unidos y en 1976 escribió desde la diócesis de Rockville Centre, Long Island, Nueva York, una misiva de 12 páginas a Maciel, donde le señalaba 20 víctimas de sus abusos, una carta que llegó al Vaticano, pero la máxima jerarquía católica jamás contestó. Desde entonces hasta ahora, la constante ha sido la misma impunidad.

Pura retórica

Luchador incansable por la justicia, el profesor, humanista y filósofo, José Barba, víctima de Marcial Maciel, dice en entrevista que el nuevo comunicado de la legión obedece a una estrategia para evadir la acción de la justicia.

El 17 de octubre de 1998 presentó junto con Arturo Jurado y Antonio Roqueñí su demanda de justicia al secretario de Joseph Ratzinger, un documento que hasta la fecha no ha sido contestado: Nunca se ha dado atención verdadera a las víctimas. No sólo hay encubrimiento, sino voluntad de engaño. Nada ha cambiado en el Vaticano ni en la legión. No hay ni verdad, ni caridad, ni justicia.

Dice que los legionarios, encabezados por regiomontanos como Luis Garza Medina, Benjamín Clariond o Evaristo Sada, siguen utilizando opacidad en la información y emiten su comunicado cuando existe gran presión en su contra, pero jamás anuncian castigo para sus sacerdotes pederastas ni reparación para las víctimas.

Después de analizar las circunstancias de la difusión del comunicado, señala que coincide con el documento enviado por la ONU al Vaticano donde en el punto número 12 pregunta directamente por los crímenes sexuales dentro de la legión.

El papa Francisco decidió no responder el cuestionario de la ONU utilizando nuevamente una estrategia para evadir su responsabilidad y señalando que carece de jurisdicción para informar de los abusos sexuales contra menores cometidos en el mundo: El Vaticano no responde, evade la pregunta. Y además evade su responsabilidad diciendo que en el Estado Vaticano no ha habido abusos. Contesta que hay 31 niños con pasaporte vaticano que no han sufrido abusos, cuando en realidad se le está preguntando sobre los casos de abusos en el mundo bajo el control del Vaticano. Evaden diciendo que eso es cuestión de los diversos estados y sus iglesias locales. Utilizan subterfugios. Pero se les olvida que los niños afectados también son fieles y sujetos de derecho.

Considera que dentro del Vaticano rige todavía una esclerotización: Antes había un duunvirato: Juan Pablo II y Ratzinger; y ahora es Ratzinger y Jorge Bergoglio. Uno que da la imagen como el actual Papa y otro en la sombra, como el Papa retirado que sigue dominando. ¿De verdad ha habido cambio? Siguen los cardenales Angelo Sodano, Franc Rodé, Dario Castrillón Hoyos... que apoyaron a Marcial Maciel. No hay voluntad de cambio. Falta esa voluntad heroica a un costo que la Iglesia no está dispuesta a realizar.

Para ello pone como ejemplo, el reciente caso del nuncio del Vaticano en la República Domincana, país que visitó recientemente y donde se enteró que el polaco Józef Wesolowski, de 65 años, fue destituido por las denuncias de abusos sexuales a menores: El Vaticano dice que los sacerdotes pederastas van a ser juzgados de acuerdo con las normas del Vaticano y eso significa que no habrá ninguna justicia. El nuncio salió para evadirse, con nombre falso, sin respetar ningún protocolo con un país como República Dominicana, que desde 1954 tiene un concordato con la Santa Sede. El caso es tremendo, les encontraron 8 mil y tantas fotografías pornográficas de niños.

Por eso, añade que hasta ahora el papa Francisco no ha ofrecido acción alguna que demuestre que habrá justicia y reparación: Arrastran los pies, no hay voluntad porque el peso histórico de la prestancia del Vaticano como Estado autónomo, con una responsabilidad única, se basa en que tiene que responder exclusivamente ante Dios.

Ante los subterfugios que siguen siendo utilizados por el Vaticano para evadir la justicia, explica que los legionarios siguen el mismo camino: Es indudable que los legionarios actúan así porque se sienten apoyados, porque no ha habido verdadera voluntad. Ratzinger, al nombrar al representante para supuestamente seguir la reforma, ha seguido muy de cerca el proceso, pero vemos que no están reformando la legión.

¿Borrón y cuenta nueva?

El profesor Saúl Barrales, también víctima de Marcial Maciel, coincide con sus compañeros de lucha. Está seguro que esta vez tampoco habrá justicia, particularmente por las mismas formas utilizadas por los legionarios, para en realidad ocultar los casos de sus sacerdotes pederastas a quien sigue manteniendo en secreto para evadir la justicia.

De los 35 sacerdotes acusados de abusos sexuales, los legionarios de Cristo señala que 14 no se procedieron porque se trató de "acusaciones infundadas" o "comportamiento imprudente"; y sólo se identifica como culpables a nueve, porque hay otros 10 en proceso de investigación. Y de otros seis superiores acusados por abusos contra adultos, tres no procedieron porque no llegaron a ser delitos.