El certamen fue efectuado por el Instituto Nacional de Economía Social y Fonart
Diseñó una silla ceremonial para chamanes elaborada con bambú; será expuesta para su venta
Domingo 8 de diciembre de 2013, p. 25
Con una silla ceremonial, destinada para los chamanes, y elaborada con varas de bambú unidas con excremento de burro y caballo, un joven huichol de 21 años ganó el primer lugar en la categoría de diseño tradicional del Premio Nacional de Jóvenes Creadores de Arte Popular Mexicano, que se realiza por primera vez por el Instituto Nacional de Economía Social (Inaes) y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).
Originario de Santa Catarina, una ranchería de menos de 50 indígenas huicholes al norte de Jalisco e hijo de padres campesinos que viven del autoconsumo, Casiano Carrillo de la Cruz apenas pudo cursar la primaria, que le quedaba a cuatro horas a pie desde su casa. No caminaba diario porque había un albergue en la escuela para quedarnos. De regreso hacíamos menos tiempo porque es de bajada pero de ida, ¡ay Dios!, ¡qué pesado!
, exclama.
Cuarto de cinco hermanos, ya no siguió estudiando y se dedicó a ayudar a sus padres a sembrar maíz y otros granos, criar algunos animales y hacer artesanías o antojitos como camote o churritos que vende en fechas especiales.
Con los 75 mil pesos que le dieron de premio, Casiano quiere invertir en una tiendecilla por ahí, pero no para vender refrescos y papas, sino nuestras artesanías, de algo que valga la pena
, como la pequeña y ligera silla que elaboró para los chamanes a los que su pueblo siguen cada año en el peregrinar hacia la tierra sagrada de Wirikuta, en San Luis Potosí, tan ambicionada y disputada por compañías mineras.
Cada año vamos allá a dejar ofrendas a nuestros dioses, esa es nuestra tradición. Vamos en Semana Santa o en el mes que se dan los elotes
, comenta el joven que ha participado en el movimiento que defiende la tierra sagrada contra la invasión de las mineras.
A diferencia de muchos jóvenes de su comunidad, Casiano todavía es soltero y no tiene hijos. Vive con sus padres y la mayorís de sus hermanos en una choza de zacate y piso de tierra. La comunidad más grande cercana a su pueblo es Huejuquilla El Alto, a cuatro horas de distancia en autobús y para llegar a la capital del estado, es decir Guadalajara, dice que puede tardar hasta 12 horas.
–¿Viven de lo que producen en el campo?
–Hey y de algunas cositas que vendo. Yo desde los 15 años empecé a hacer artesanías, se lo aprendí a mis abuelos, pero es la primera vez que hago una silla especialmente para un chamán, para que la use en nuestros rituales o fiestas. No es para que la use cualquiera porque si no sería un abuso. Es una silla original, completamente hecha a mano y sin ningún material artificial, no tiene nada de plástico, casi no invertí nada porque todo es natural. Me tardé unos 25 días y la hice con bambú que agarré de las barrancas y arroyos y lo junté con estiércol de caballo o burro que mezclado con tierra se hace una mezcla pegajosa que cuando se seca se hace dura.
No obstante, Casiano tendrá que hacer otra silla porque la que presentó para el concurso se quedará en exhibición y eventual venta en la tienda de Fonart de Avenida Juárez 89, en el centro de la Ciudad de México, del 11 al 20 de diciembre, junto con las artesanías de los otros 51 jóvenes premiados en las 12 categorías en las que se dividió el Premio Nacional de Jóvenes Creadores de Arte Popular Mexicano.
Casiano se enteró del concurso por uno de sus hermanos mayores que estudian en Zacatecas.
Al premio, le tengo que descontar lo que me he gastado en venir
a hacer trámites a la ciudad de México, dice el joven.