ntre 2007 y 2012, como secretario de Salud de Marcelo Ebrard, Armando Ahued recibió del gobierno federal para el Seguro Popular casi 9 mil 500 millones de pesos ( Libro blanco Seguro Popular).
Compartiendo la opacidad que caracteriza al federalismo mexicano, la pobre rendición de cuentas sobre esta cifra impide precisar cuánto subroga Ahued a establecimientos privados y cuánto destina a la salud pública. Esa falta de transparencia persiste en el año que acompaña a Miguel Ángel Mancera en el cargo.
En 2013, Ahued dispuso de 6 mil 121 millones de pesos para la Secretaría de Salud y 3 mil 571 correspondientes a los Servicios de Salud Pública del DF: 9 mil 692 millones de pesos ( Gaceta Oficial del DF, 2012).
Su magia sanitaria asombra. Con esos recursos propagandiza una estrategia de nuevas
coberturas, aunque la ley que establece el derecho al acceso gratuito a los servicios médicos y medicamentos a las personas residentes en el DF que carecen de seguridad social laboral ( GODF, 5 de junio) y su reglamento ( GODF, 10, 2006) ya garantizan ese derecho a todo residente
(artículo tercero).
El 9 de enero de 2013, festejando a las enfermeras, Ahued anunció una campaña de afiliación para que empleadas domésticas, choferes, taxistas y locatarios puedan tener cobertura médica en caso de enfermedad y también de manera preventiva
en los servicios del GDF. Un universo de 250 mil personas y sus familias con derecho
a consulta, medicamentos, cirugías, inclusión en campañas preventivas y exámenes de laboratorio, cuyo registro
se iniciaría en las 13 clínicas del Sistema de Transporte Colectivo, 32 hospitales y 220 clínicas.
Pobremente informado, en el mismo acto, Mancera solicitó el apoyo de trabajadoras de la salud para la afiliación: “Vamos a comenzar a afiliar, tenemos estructurada la planeación –que ya platiqué con el doctor Ahued– para ampliar la cobertura”. En respuesta, las enfermeras demandaron el pago de un bono sexenal por 2 mil 500 pesos. Ahued terció precisando: no se entregó
por falta de recursos de la Federación.
Días después (14/1/13), Ahued aclaró que el reto
consiste en consolidar los servicios gratuitos: un compromiso de campaña de Mancera
. Frente a un padrón de afiliados de 4 millones, sostuvo, hay taxistas, microbuseros, empleadas domésticas, vendedores ambulantes y locatarios que trabajan como negros sin protección alguna, lo cual es injusto
. Ante esta situación, agregó, se pretende incorporarlos a la ley de gratuidad
. ¡A una ley que ya los amparaba!
Su plan, sostuvo, es súper ambicioso y significará una sobrecarga para el sistema de salud capitalino
. Pero, para evitarlo se pretende apostar a la prevención
.
Sin ofrecer absolutamente nada a los recargados equipos de salud que se ocupan de los capitalinos, el 17 de enero Ahued comunicó que, frente al incremento de 10 por ciento en la demanda de servicios y toda vez que mensualmente se atiende a 80 mil personas
, los 220 centros de salud otorgarían consultas vespertinas y los sábados hasta el mediodía para desfogar el sistema
, además de contratar por honorarios mil quinientos médicos y enfermeras, aunque continuaríamos con déficit de especialistas en ginecología y pediatría, así como cirujanos y radiólogos
. Con ello se duplicaría
el número de personas atendidas, sobre todo con el inicio de la campaña de afiliación
.
El 14 de febrero Mancera presentó –ante miles de beneficiarios de programas sociales capitalinos– su estrategia de política de desarrollo social para el GDF, bautizada como Capital social
. En su visión ella integra un efectivo sistema de protección social
. Y enfatizó: somos una sociedad que goza de libertades y que ha luchado por consolidar sus derechos políticos, económicos y sociales. La capital de lo social va a tener no solamente los programas iniciales, los de la Red Ángel, sino que va a buscar compactar nuevos programas
. ¿Aunque Ahued amplíe
coberturas ya establecidas por ley y no rinda cuenta de los recursos federales del Seguro Popular que subroga a privados?
El 3 de abril Mancera anunció que, después de la firma de un convenio de colaboración con los servicios de atención siquiátrica del gobierno federal, se ampliaría el apoyo médico para autistas. El 9 de abril, Ahued lo extendió a boxeadores en activo o retirados (con familias), y el 25 de abril, a niños y niñas del DIF-DF.
Finalmente en agosto, Ahued comunicó que su estrategia ya había afiliado 80 mil familias: 85 por ciento son amas de casa y menores de edad, con el mayor número de registros en Iztapalapa. Y llamó a la afiliación al Seguro Popular porque fortalece el sistema de salud: se reciben recursos para equipo médico, contratación de especialistas, enfermeras y sicólogos, así como en la remodelación y creación de nuevas clínicas y hospitales
. Ese financiamiento, precisó, permite realizar 19 estudios médicos para detectar enfermedades, y con el Seguro Popular, además, tendrán acceso a 284 padecimientos más 59 enfermedades de alto costo que incluyen servicios de tercer nivel en institutos federales
.
La magia de Ahued es comparable a la publicidad electoral que Vicente Fox le imprimía al Seguro Popular en 2005: está diseñado para proteger el futuro
. O a la fantástica cobertura universal
que, en 2012, según Calderón superaba resultados de EUA
.
Pero, la atención efectiva de los pacientes, el estado real de los servicios capitalinos y su calidad, ¿han mejorado algo a pesar de la robusta bolsa que usan Mancera y Ahued?
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco