México está convertido en un campo minado donde proliferan fosas clandestinas y la violencia, afirmaron mujeres que participan en la novena Caravana de Madres Centroamericanas Buscando a sus Hijos, que pasó la noche del miércoles en Hidalgo y llegó ayer a Tequisquiapan, Querétaro. Al arribar a ese municipio, ellas mismas se cuestionaron sin respuesta por qué el crimen organizado tiene más poder que las autoridades de los diversos niveles de gobierno mexicanos.

Las activistas destacaron que México es un país muy bonito, pero para ellas es una lástima que esté lleno de sangre inocente, de nuestros hijos, de nuestros familiares que van en busca de un futuro mejor. Además, pidieron apoyo a las autoridades mexicanas para localizar a sus seres queridos, pues les es profundo e incomparable el dolor de vivir en la incertidumbre, al no saber si un hijo está vivo o muerto.

Marta Sánchez Soler, organizadora de la caravana mediante el Movimiento Mesoamericano, aseguró que el crimen organizado opera en complicidad con autoridades mexicanas, y consideró que los migrantes deben salir de sus países de origen por la pobreza que padecen, pero al momento que viajan se enfrentan con traficantes y gobiernos que en lugar de brindarles apoyo los criminalizan, y se encargan de poner bardas para evitar que lleguen hasta Estados Unidos.

Destacó que si un migrante encuentra trabajo es explotado y sufre una serie de abusos en sus derechos humanos, pero se le aplaude cuando envía remesas a la localidad de donde es originario, recursos con los que sostiene a la economía no sólo de su familia, sino también de su lugar natal.

También pidió a las autoridades municipales que pasen de la retórica a la acción, pues si señalan que van a realizar una donación o brindar cualquier tipo de apoyo, que lo hagan. Señaló que a un año de que el ayuntamiento de la capital de Querétaro donó un terreno a la estancia del migrante González y Martínez, el proyecto aún no se concreta.