La crisis provoca guerra de declaraciones entre Rusia y Estados Unidos
Viernes 6 de diciembre de 2013, p. 37
Moscú, 5 de diciembre.
Ucrania, que sigue sumida en una paralizante crisis política, devino este jueves en tema principal de una polémica –toda una batalla dialéctica de declaraciones de apoyo a acusaciones de injerencia– entre Rusia, del lado del gobierno, y Estados Unidos y la Unión Europea (UE), del lado de los opositores.
Tiempo de ultimatos, cuando aún no se cumple el plazo fijado por la oposición para convocar elecciones presidenciales y legislativas anticipadas, el gobierno dio hoy a los descontentos cinco días para que desocupen los edificios gubernamentales.
El primer ministro Nikolai Azarov, en conversaciones con altos funcionarios de la Unión Europea y de Estados Unidos, admitió estar dispuesto a sentarse a negociar con los opositores, si éstos suspenden las protestas y desocupan los edificios gubernamentales, pero no cree que la celebración de elecciones anticipadas arregle la situación.
Los opositores, en cambio, insisten en que no hay otra salida de esta crisis, convencidos de que para las autoridades convocar elecciones sería lo mismo que firmar su acta de defunción política.
Debate entre potencias
En medio de ese pulso en el que nadie quiere ceder, el mundo sigue atento la evolución de la situación en Ucrania y, en ocasión de la reunión de cancilleres de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), cuya presidencia anual ejerce Ucrania en 2013 y que se lleva a cabo en Kiev este jueves y viernes con notables ausencias, el debate y las acusaciones recíprocas eran inevitables.
Estamos con el pueblo ucraniano, que ve su futuro en Europa
, afirmó al llegar a Kiev la subsecretaria de Estado de Asuntos Europeos de Estados Unidos, Victoria Nuland, en representación de John Kerry, quien canceló su participación.
Instamos al gobierno de Ucrania a escuchar la voz de su pueblo, que quiere vivir en libertad. Este es el momento de Ucrania, el momento de responder a las aspiraciones del pueblo o de decepcionarlo, con el riesgo de una deriva hacia el caos y la violencia
, advirtió Nuland.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, que anoche se dio un baño de masas en la Plaza de la Independencia, arremetió hoy contra Rusia: Son simplemente inaceptables las amenazas y las presiones económicas que hemos observado este año contra Ucrania
, afirmó en su intervención en la reunión de la OSCE.
En contraste, el canciller ruso Serguei Lavrov calificó de histérica
la reacción de algunos países europeos a la negativa ucraniana de asociarse con la UE y rechazó las críticas contra Moscú en el sentido de que Ucrania suspendió la firma del acuerdo por presiones del Kremlin.
Lavrov pidió a todos los países que asisten a la reunión no entrometerse en los asuntos internos de Ucrania y respetar la ley vigente. Aseguró que Moscú aboga por que la situación política retome el cauce constitucional.
La Unión Europea, por su parte, trata de asumir el papel de mediador. Su representante en la reunión de la OSCE, Helga Schmid, directora política del Servicio Europeo de Acción Exterior, que asiste en lugar de la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, invitó al gobierno y a la oposición ucranianas a un urgente diálogo
para encontrar una solución mutuamente aceptable a sus actuales divergencias
.
En iguales términos se pronunció la víspera el secretario general de la OSCE, Lamberto Zannier, quien destacó que, para su organización, el diálogo pacífico es básico y la búsqueda de puntos en común por métodos políticos, nuestra razón de ser
.
A todo esto, el presidente de Ucrania, Víktor Yanukovich, de gira en China, busca el respaldo del gigante asiático en un intento de sentarse en tres sillas al mismo tiempo, pretendiendo no distanciarse ni de Rusia ni de la Unión Europea.
Su principal rival política, la encarcelada ex primer ministra Yulia Timoshenko, pidió hoy a Estados Unidos y a la UE imponer sanciones a Yanukovich y a su familia, el único lenguaje que entiende
, dijo en una declaración leída por su abogado, Serguei Vlasenko.