Se viven otros tiempos (en las dirigencias deportivas), con nuevas normas y un marco jurídico que define otro rumbo. Hay una gran disposición para hacer grandes cosas, afirmó Raúl González, a 25 años de haberse creado la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).

El que fuera el primer titular de la institución creada por decreto presidencial un 12 de diciembre de 1988 reconoce la coyuntura que prevalece en este sexenio entre la Conade y el Comité Olímpico Mexicano (COM), y ve con buenos ojos que por fin exista esa coordinación.

Me tocó crear las bases y se dio el primer presupuesto para invertir, que en aquel entonces eran muchísimo dinero para el deporte. Teníamos el apoyo y no fue fácil, recordó el doble medallista olímpico ante el pleito permanente que siempre tuvo con Mario Vázquez Raña, entonces presidente del COM, en la pugna por el alto rendimiento.

–¿Cómo se gestó la Conade?

–Teníamos algo planeado desde que estuvo la Subsecretaría del Deporte con Sergio García Ramírez y Manuel Mondragón y Kalb, y el INDE (Instituto Nacional del Deporte, dirigido por Guillermo López Portillo) y el CREA (Consejo Nacional de Recursos para la Atención a la Juventud).

“Cuando informé al presidente Carlos Salinas de Gortari que teníamos el proyecto, le comenté: ‘no podemos tener un buen pítcher si nos hace falta el cátcher’. El que nos ayudó fue Felipe Zambrano, diputado por Nuevo León.

Lo que se tiene ahora lo hicimos nosotros. Dejamos la obra negra y contamos con una institución normativa que dirige los destinos del alto rendimiento, puntualiza el ex marchista.

Sobre la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), desafiliada este año del Sistema Nacional del Deporte, González, quien también encabezó esa institución cuando era presidente de la Conade, dijo que era lo mejor, pero que correspondía a las federaciones defender su autonomía.

Cuando se le pregunta qué tan positivo ha sido el año de Jesús Mena, en la Conade, y de Carlos Padilla al frente del COM, responde: “El deporte nacional tiene una gran oportunidad para detonarse. Se han dado resultados en disciplinas y pruebas que antes no figuraban y otras se han convertido en fracasos (marcha y box).

Tenemos un grupo de deportistas talentosos y medallistas mundiales y no debemos desviarlos, que sigan entrenando. Veremos en Río de Janeiro (2016) los que serán llamados a la gloria.