Por años, Magdaleno Medina Noyola, profesor-investigador del Instituto de Física Manuel Sandoval Vallarta de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) se ha dedicado al estudio de las propiedades físico-químicas de los fluidos complejos (cuyo comportamiento no sigue las leyes hidrodinámicas). Entender estos materiales –dice– es todo un reto para la ciencia básica, en particular para la física.

Reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013 en el área de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, por la creación de un modelo predictivo que ilumina la naturaleza de la transición vítrea, el científico toma la llamada telefónica de La Jornada para detallar, desde San Luis Potosí, sus trabajos de investigación y su pasión por la física.

Junto a decenas de estudiantes de posgrado de varias instituciones académicas, Medina Noyola ha investigado las propiedades de materiales blandos y la manera como se forman los cristales. Recientemente, ha dedicado sus investigaciones al análisis de los procesos de equilibrio en materiales que son habituales en la vida cotidiana, como geles, vidrios, espumas o en yogurt, pero cuya comprensión de su estructura implica todo un enigma por develar debido a que su comportamiento es variable.

Existen sistemas que tardan mucho en llegar a su estado de equilibrio y lo pueden lograr en minutos o en un día. Sin embargo, hay materiales a los que les toma años, décadas e incluso milenios. Éstos representan un misterio para la física y los tenemos enfrente de nosotros, son materiales tan ordinarios como los alimentos: yogurt o quesos, así como vidrios, geles o espumas. Representan retos teóricos muy interesantes a fin de descubrir el misterio en este campo.

Este tipo de fluidos muestran un comportamiento viscoso no lineal y se les define como fluidos complejos. Existe gran variedad: polímeros, geles, fluidos coloidales, emulsiones, espumas, cristales líquidos, materiales fundidos, entre muchos otros. Regularmente son usados en la industria del plástico y caucho, de la cerámica, de alimentación, bioquímica, farmacéutica, cosmética, de detergentes, pinturas, vidrios, adhesivos, construcción entre otras.

Feliz por haber sido condecorado con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, asegura que éste no hubiera sido posible sin el apoyo y colaboración de sus alumnos. No se trata de un reconocimiento individual, he realizado mi trabajo junto con mis estudiantes de doctorado; cada uno ha contribuido para este trabajo, consistente en describir las propiedades de materiales amorfos y que es un reto permanente para la física y la química. No se está reconociendo un proyecto en específico, sino una cadena de proyectos y aportaciones. Por ello, el premio no sólo es estimulante para mí, sino para todo el equipo que ha trabajado conmigo.

Contrario a lo que muchos pudieran considerar, el académico potosino afirma que la física es la más sencilla de las ciencias. Y es precisamente esa sencillez la que lo llevó a inclinarse por esta área de investigación. Esta disciplina –señala– se encarga del estudio de los sistemas y fenómenos más sencillos, a diferencia de la complejidad de los procesos sociales o económicos.

La física me fascina por el poder que tiene como sistema de conocimiento en un área que hasta cierto punto es la más sencilla de la ciencia, pues trata con sistemas y fenómenos que son relativamente sencillos. Estudiar, por ejemplo, por qué se congela el agua es un fenómeno que no tiene altibajos, a diferencia de analizar los sistemas sociales o económicos, que son complejos, aunque no por ello menos interesantes. Pero la física es una forma de empezar a entender lo complejo comenzando por lo sencillo.

Originario del municipio de Ciudad Fernández, San Luis Potosí, es doctor en Físico-química por la Universidad de Indiana. Realizó sus estudios de licenciatura en física en la UASLP y su maestría en la misma disciplina en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Sus investigaciones científicas han contribuido al desarrollo de la física estadística. Es Miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.

Magdaleno Medina Noyola, profesor-investigador del Instituto de Física Manuel Sandoval Vallarta de la UASLPFoto cortesía de la UASLP

Considera que este galardón nacional es también un mensaje de aliento para el trabajo que realizan los académicos de las instituciones públicas de educación superior estatales. Por lo que durante la charla telefónica, también expone su perspectiva sobre una visión descentralizada del modelo universitario y de investigación nacional.

Desde los estados la visión del país es distinta: se hace más patente el centralismo en el que han caído las decisiones en casi todos los rubros: político, económico, educativo, social. No es diferente en el sector de la educación superior y de la investigación científica. Desde su perspectiva, las universidades de los estados en muchas ocasiones no son tratadas como adultas.

Propone, por tanto, un diálogo más abierto entre las instituciones estatales y las federales, como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, que son nuestras hermanas.

El concepto de descentralización debe ir más allá de los discursos y, en el caso de la educación superior, de verdad traducirse en que nuestras instituciones sean tratadas como adultas. Mientras los académicos de las mismas debemos asumir el reto para contribuir en el proyecto para sector que requiere el país.

Ambicioso, plantea que uno de esos proyectos debe ser la creación de un sistema federal robusto de universidades públicas de investigación. Tenemos un sistema de instituciones universitarias que han hecho lo que han podido con los recursos que han tenido; creo que es un sector al cual el Estado mexicano le ha dado una atención permanente, pero siempre se le puede dar mucha más. Deben concurrir los esfuerzos de la academia y de los poderes del Estado mexicano para lograr que cada entidad del país cuente con al menos una universidad de investigación.

Competidor mundial

El físico detalla que se trata de generar mayores posibilidades para los investigadores, que el profesorado alcance niveles de doctorado y cuente con opciones para el desarrollo científico que le permita competir de tú a tú con sus pares internacionales, pero al mismo tiempo contribuyan a la formación de las nuevas generaciones.

En una universidad pública estatal promedio la fracción de los profesores de tiempo completo que a la vez son investigadores está lejos de ser 100 por ciento. Si queremos que los investigadores mexicanos se comparen ya no con sus colegas de Europa o Estados Unidos, sino con los de naciones como Corea, Argentina o Brasil, tenemos que elevar la proporción de profesores-investigadores con doctorado, motivar que estén activos y que alcancen reconocimiento internacional por sus trabajos. Y sobre todo, es fundamental que continúen con su labor docente, formando jóvenes.

Para conseguir este objetivo, plantea, se requiere que incluso la universidad más modesta del estado más modesto pueda brindar a un profesor recién contratado todos los apoyos necesarios para que eche a andar un laboratorio, para que tenga acceso a la literatura internacional y para que se articule con la comunidad global de su campo.

“Veo con enorme entusiasmo la intención del gobierno federal de incrementar la inversión en ciencia y tecnología para llegar a la meta de uno por ciento del producto interno bruto al final de este sexenio. Si esto se cumple se debe propiciar que las universidades públicas estatales se transformen en verdaderas instituciones de investigación. Esto requiere inversiones de ese tamaño y una visión de futuro también de ese tamaño, proponernos que en un plazo de 10 o 15 años algunas de estas casas de estudio aparezcan en los rankings de calidad internacionales de las universidades del mundo.”

Otro de los propósitos que se deben plantear las instituciones estatales es la crea

ción de sedes de muy alto nivel en las diferentes localidades de cada entidad que favorezcan el crecimiento educativo, cultural y económico de estas regiones. En los estados no podemos replicar lo que ocurre a escala nacional, no podemos centralizar todos nuestros esfuerzos en las capitales.