En el último año, 71 por ciento de los hombres y 65 por ciento de las mujeres en los planteles de educación media superior han sufrido violencia escolar, la cual ha escalado a tal nivel que estas cifras son escandalosas. Los jóvenes han sido víctimas de amenazas con armas, golpes, robos, intimidación, insultos, rechazo, burlas, chantaje y hasta provocaciones para inducir el miedo, reveló el subsecretario de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Rodolfo Tuirán.

Además, sólo cuatro de cada 10 alumnos de escuelas públicas y seis de cada 10 estudiantes de las privadas considera que su plantel es seguro. El 23 por ciento cree que sus compañeros llevan armas, 38 por ciento considera que su centro educativo es peligroso, 57 por ciento señala que hay pandillas y 29 por ciento piensa que en esos planteles se vende droga. De hecho, tres de cada 10 preparatorianos han obtenido drogas dentro de la escuela o en sus proximidades.

En la inauguración de la tercera fase del Programa de actualización y profesionalización directiva, el funcionario destacó que uno de cada tres planteles públicos en este nivel obtiene muy malos resultados y la gran mayoría tiene resultados mediocres en las evaluaciones. En 2 mil 993 planteles, los alumnos presentan bajos de-sempeños y sólo una proporción reducida logra un buen nivel.

Admitió que actualmente 13.6 por ciento de la matrícula de la media superior –es decir, 700 mil jóvenes– estudia con un plan adscrito al padrón de calidad del Sistema Nacional de Bachillerato (SNB), por lo que en los próximos cinco años se requerirá incorporar a 2 millones de alumnos adicionales en planteles con el SNB.

Ante la inquietante problemática de la violencia escolar (o bullying) anunció que el próximo año se implementará un movimiento similar al que se lleva a cabo para combatir la deserción, con el propósito de hacer frente a este maltrato físico, verbal y sicológico que se realiza tanto en aulas como en las redes sociales, de forma reiterada en el tiempo.

Puntualizó que 36.8 por ciento de los jóvenes de bachillerato ha recibido insultos; 19.8 por ciento se ha sentido rechazado; 8.9 por ciento ha recibido golpes; 10.6 por ciento ha sido víctima del robo de sus pertenencias; a 8.4 por ciento le han destruido sus pertenencias y a 27.2 le han escondido sus cosas.

El 3.2 por ciento ha recibido amenazas con armas; 4.2 por ciento fue coaccionado para entregar dinero; 4.3 por ciento fue amenazado para meterle miedo. El 12.2 por ciento recibió burlas; sobre 8.1 por ciento se difundieron falsedades en redes sociales y 5.9 por ciento ha sido intimidado. Pese a ello, 73 por ciento de ellos, nunca o raras veces hace algo, aunque considere que debe actuar, y 38 por ciento cree que sus profesores son omisos para detener esos problemas.

En relación a las adicciones, apuntó que 13.7 por ciento de los preparatorianos han consumido alguna droga ilícita: mariguana (12.3 por ciento), cocaína (3.4 por ciento), inhalables (2.9 por ciento), metanfetaminas (2.8 por ciento), alucinógenos (2.3 por ciento), crack (1.4 por ciento) y heroína (1.3 por ciento).

Sobre la deserción refirió que es muy dramático que 50 por ciento de quienes estudian bachillerato piensen que en algún momento lo dejarán y recordó que de cada 100 alumnos que ingresan a este nivel sólo terminan 60, en promedio.

Por otro lado, dijo que los niveles de intolerancia a la diversidad aún son altos entre los jóvenes de educación media: al 39 por ciento no le gustaría tener un compañero en la escuela con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), a 37 por ciento le disgustaría convivir con un homosexual y 33.5 por ciento no querría compartir su espacio escolar con un indígena.

Por lo anterior, Tuirán llamó a los cerca de mil directores reunidos para recibir capacitación a asumir su papel en la mejora educativa y ser protagonistas del cambio, pues sin ello, difícilmente se logrará la enseñanza de calidad, advirtió.