Autoridades no buscan la justicia, señalan
Se pretende beneficiar a paramilitares
Jueves 5 de diciembre de 2013, p. 12
Acteal, Chis., 4 de diciembre.
Los desplazados del ejido Puebla, en el municipio de Chenalhó, salieron de sus casas huyendo de las mentiras forjadas en su contra que han promovido acciones violentas y amenazas de muerte, a partir de una presunta disputa religiosa entre católicos y presbiterianos por un terreno en propiedad comprobada del grupo que sí, es católico, pero también de ejidatarios de la localidad. Agresiones, torturas, secuestros, apedreamientos, despojos, quema de casas.
Echada a rodar el 29 de abril, la maquinaria de mentiras difundió, entre otras, la de un envenenamiento del agua en agosto, acusando a los desplazados. Ello generó pánico en los oficialistas y posteriormente probó ser falsa según las autoridades sanitarias, que a la fecha no han hecho público su dictamen.
Nicolás Arias Cruz, a nombre de los refugiados, señaló a La Jornada que el gobierno del estado no tiene compromiso de hacer justicia
, y por el contrario, ha querido obligarnos a callar y no hacer denuncias públicas, y a firmar documentos con las versiones falsas de los priístas
(en referencia al grupo del pastor y comisariado ejidal Agustín Cruz Gómez, de viejos y conocidos vínculos con los paramilitares que perpetraron la masacre de Acteal el 22 de diciembre de 1997).
Los intentos de diálogo han fracasado, a pesar de la mediación de la Secretaría de Gobierno, incluso a través de su propio titular, Eduardo Ramírez Aguilar. Este día hay una reunión con la Secretaría de Asuntos Religiosos en Chenalhó.
Casi 100 personas afectadas
En Acteal siguen refugiadas 17 familias tzotziles: 98 personas, 40 de ellas menores de edad. La mayoría, de la organización Las Abejas. Ya nació un bebé en el exilio
. Curiosamente, dos familias son del Partido Revolucionario Institucional, y no católicas sino bautistas. Deben añadirse dos más, bases de apoyo zapatistas, actualmente acogidas por el municipio autónomo de Polhó. Así que no parece un verdadero problema religioso, ni de adscripción política. A juzgar por sus efectos, podría tratarse del intento de ceder un territorio al mencionado grupo de estirpe paramilitar, que sumado a la comunidad Los Chorros, recuperaría un enclave estratégico que ya dominó en 1997, solapado entonces por el Ejército federal.
Cinco de estas familias abandonaron Puebla hace más de cuatro meses. Todas llevan tres meses y medio en cabañas en el paraje de Acteal, donde hace 16 años ocurrió la conocida masacre y hoy es santuario, mausoleo, campamento y sede de Las Abejas.