Una historia de amor que termina en tragedia, un político socialista que muere fusilado por enfrentar a un sistema de explotación y opresión, una mujer preocupada por la defensa de los derechos humanos y la difusión de la riqueza cultural de un país que no es el suyo, son los ejes de la ópera Alma, de José Miguel Delgado, cuyo estreno mundial será este sábado en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.

Este es el segundo título dentro del género del joven compositor (DF, 1977), en el cual aborda una historia real: la lucha del gobernador yucateco Felipe Carrillo Puerto en defensa de los indios mayas durante los años posteriores de la Revolución Mexicana y su romance con la periodista estadunidense Alma Reed.

Se trata de una ópera de cámara, de una hora y 15 minutos, integrada por 21 escenas ubicadas en una hacienda henequenera del Yucatán de los años 20 del siglo pasado. Su realización fue posible gracias a una beca para jóvenes creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, así como el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Revaloración de dos personajes

Con un presupuesto de 850 mil pesos, la dirección escénica está a cargo de Clarissa Malheiros, mientras la concertadora es responsabilidad de Christian Gohmer, al frente del ensamble Tempus Fugit. La escenografía y la iluminación son de Juliana Faesler.

El libreto fue escrito por el propio José Miguel Delgado, en coautoría con Emilio Rivaud, a partir de un interés y conocimiento de la vida y la obra de Felipe Carrillo Puerto, así como la admiración por el personaje.

El tema de Alma Reed y Felipe Carrillo Puerto es muy cercano a mi persona. Él es un personaje muy admirado en casa, donde siempre se ha hablado de él como uno de los pocos políticos honestos y gobernadores socialistas que trabajaron desinteresadamente por el bien de las personas, indica el compositor en entrevista.

Clarissa Malheiros, por su parte, destaca que tanto el político yucateco como la periodista estadunidense son de esos personajes que hoy día resulta muy importante rescatar y revalorar.

“Alma Reed fue una mujer que luchó siempre por los derechos humanos. A ella se debe una enmienda para prohibir la pena de muerte en Estados Unidos de menores de edad. Ello luego de que defendió a un joven inmigrante mexicano.

A eso se suma su interés por difundir y promover la cultura mexicana, no sólo con sus libros sobre arqueología, sino apoyando de forma directa a los muralistas, como José Clemente Orozco y Diego Rivera, explica la creadora escénica.

“En el caso de Carrillo Puerto, se trata de una persona y político íntegro, con gran compromiso social y mucha visión; el primero en México en usar una lengua indígena, el maya, en su discurso para asumir la gubernatura de Yucatán.

Son personajes que hoy por hoy, como estamos parados en nuestra política nacional, nos hacen recuperar el sentido utópico de ese momento del papel de los políticos realmente comprometidos con la lucha social.

Tanto José Miguel Delgado como Clarissa Malheiros reconocen el profuso compromiso social de los dos protagonistas de la ópera y afirman que el de ellos era no sólo un romance muy estrecho, sino una relación demasiado fuerte en términos ideológicos, la cual llegó a su fin con el fusilamiento del político yucateco ocho días antes de su boda con la periodista estadunidense.

Sin embargo, rechazan que Alma sea una ópera con intención o sentido político: Ese no fue nuestro primer objetivo, hacer un planteamiento de tal naturaleza, aunque es inevitable con esos personajes, desde luego. Definitivamente hay que recordarlos y tienen que servir de ejemplo.

Al respecto, Emilio Rivaud agrega que no es una ópera de consigna ni que su fin sea cimbrar conciencias: La invitación a la reflexión se da por descontada, pero no iríamos tan lejos para afirmar que tiene una intención social.

Música accesible y emocional

De la cuestión musical, José Miguel Delgado detalla que se valió de los cánones tradicionales del género y que en su obra aparecen elementos del folclor yucateco, como el bambuco y la música barroca, todo ello pasado por el tamiz de su oído y sus influencias. Es una música muy accesible y emocional, resume.

La puesta en escena se ubica en los años 20 del siglo pasado en Yucatán y se vale de una escenografía móvil que va transformándose de acuerdo con las acciones, además de un diseño de iluminación muy puntual.

El elenco está encabezado por la soprano Patricia Santos, los tenores Rogelio Marín, Felipe Gallegos y Ángel Ruz, así como el bajo Luis Rodarte y el barítono Jehú Sánchez.

La función de estreno y la segunda y última, el domingo 8, tendrán lugar a las 18 horas en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000).