Para rescatar la vida social en el campo michoacano la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp) sostiene, desde hace tres años, un programa piloto en 52 comunidades. La meta es lograr industrializar productos regionales y comercializar directamente granos y oleaginosas, manifestó José Jacobo Femat, dirigente de la agrupación.

Antes de clausurar el Congreso nacional de dirigentes, Femat explicó que dicho programa piloto, que apoya el gobierno de Michoacán con tres millones de pesos, es para “romper los cercos de los malosos (como los campesinos identifican al crimen organizado) y de los intermediarios. Está dirigido principalmente a los jóvenes.

Explicó que los proyectos –tecnificación del riego, mejora de uso de suelo con composta orgánica, capacitación y mejoramiento genético del ganado bovino, entre otros– benefician a 25 mil ejidatarios, la mayoría de la tercera edad. Estamos tratando de recuperar las capacidades productivas y transmitirlas a los jóvenes; el trabajo se realiza conjuntamente con organizaciones del magisterio.

Respecto de la firma del Pacto Rural, expuso que la agrupación no lo signará si carece de una política integral de desarrollo para el sector rural y el gobierno mantiene su política individualista en favor de los agroindustriales.

Los campesinos estamos de acuerdo en firmar ese pacto si se plantea un nuevo modelo de política agroalimentaria en el país, que esté dirigido a recuperar ejidos y comunidades, pues han estado abandonadas desde hace 20 años, abundó.

Insistió en que la Secretaría de Economía deje de estar al margen de la política agroalimentaria y acuerde con la Secretaría de Agricultura para dejar de importar granos en temporada de cosechas.