Todos sienten envidia por las Águilas. Siempre ha sido así, señala el técnico Miguel Herrera, quien está a punto de concluir su etapa en el timón del club de Coapa para asumir el cargo en el Tri.

Dije que del América sólo me sacaría la selección y así fue, expresa con el orgullo que le brinda tener al equipo amarillo en las semifinales del torneo local. Misión cumplida hasta el momento, aunque –admite– no lo consiguieran de la mejor manera.

Lo importante es obtener los resultados que buscas y si jugando mal logramos el objetivo, no importa, apunta en un arrebato de sinceridad.

Contra Tigres –hace un recuento– el América no tuvo su mejor versión y que el juego quedó muy lejos de lo que aspiran mostrar sobre la cancha. Sin embargo, ahí están, insiste, con la posibilidad de refrendar el campeonato. Expone la evidencia para que no quede duda de su postura y lo vayan a acusar de optimismo desmedido.

Terminamos como superlíder e hicimos dos goles de visitantes, ya estamos en la semifinal y si nos ven o no como favoritos, eso no nos quita el sueño, atiza Herrera.

Lo que no acepta, o al menos intenta matizar, es la opinión de su colega, Ricardo Ferretti, en el sentido de que Tigres fue superior al cuadro capitalino en la serie de cuartos de final.

No, eso no, yo no vi esa superioridad. Si ellos hubieran sido mejores nos habrían abrumado en el área, pero no fue el caso, responde el Piojo, quien ahora se concentra en la semifinal que jugará contra Toluca, cuyo entrenador, José Saturnino Cardozo, expresó su temor de que el arbitraje pudiera favorecer al América.

Él trata de buscar su juego y se vale que lo haga, no sólo en la cancha sino atrás de la trinchera. Es un tipo con muchos blasones, como jugador marcó diferencia y será un buen técnico, demuestra que no es inexperto, maneja esta circunstancia tras la cancha, señala el americanista.

Por ahora se olvida de su plan como seleccionador y ajusta el objetivo en el América, con el que busca refrendar el título antes de dejar el banquillo.