Cerca de 160 mil niñas y niños estadunidenses de padres y madres mexicanos en 2012 quedaron bajo la custodia de las oficinas estatales de protección a la infancia de Estados Unidos y en muchas ocasiones fueron dados en adopción o encargados a familiares, amigos o vecinos.

De acuerdo con esta información, divulgada por el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), cada año al menos 32 mil mexicanas con hijos en Estados Unidos y radicadas en ese país son deportadas por autoridades migratorias, quienes al llegar a México enfrentan la separación de sus familias, la pérdida de la patria potestad de su descendencia, y además quedan a la deriva sin información y sin derechos.

¿Ahora hacia dónde? Los retos que enfrentan las familias migrantes transnacionales entre Estados Unidos y México subraya que está situación se acentuó a partir de 2008 –año en que Barack Obama fue electo presidente– y comenzaron estas deportaciones masivas que han impedido la reunificación de estas familias trasnacionales.

La directora del Imimi, Gret-hen Kuhner, señala que salvadoreñas, hondureñas y guatemaltecas enfrentan esta situación, derivada de una política migratoria que le cuesta a ese país 18 mil millones de dólares en actividades de control, que podrían destinar al desarrollo de la región centroamericana, lo cual reduciría la migración de quienes buscan oportunidades de empleo en aquella nación.

Sólo en ocasiones se les notifica que su bebé fue dado en adopción

En el caso de las madres mexicanas deportadas que no pueden regresar de forma regular a Estados Unidos, buscan información sobre el paradero de sus hijos por conducto del Sistema de Bienestar Infantil que los resguarda en la nación del norte, pero sólo en ocasiones se les notifica que ya fueron dados en adopción.

El informe menciona el caso de una mexicana deportada en 2011 que solicitó apoyo a la organización para recuperar a su hijo. Ella fue separada de su bebé de dos meses de edad y luego perdió la patria potestad, porque su hijo fue dado en adopción con otro nombre. El instituto sólo pudo conseguir que inscribieran a la mujer en un registro por si su hijo –cuando sea mayor de edad– desea saber quién fue su madre biológica.

La agrupación advirtió que la separación de las familias migrantes es una situación de la que poco se habla y no se atiende adecuadamente en ambas fronteras. Aunado a ello, las mujeres que logran reunificar a su familia en México enfrentan falta de acceso a la educación y la salud para sus hijos de nacionalidad estadunidense.

El reporte documenta que durante la deportación las mujeres enfrentan abusos y humillaciones y que ya en México no encuentran trabajo y viven una desintegración familiar total.