Aun cuando se vivieron ciertos momentos de tensión, la marcha de protesta por el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto transcurrió sin incidentes. El único desencuentro se suscitó al concluir la movilización, y lejos del Zócalo capitalino, cuando unos 30 jóvenes con los rostros cubiertos lanzaron algunas piedras contra las instalaciones de Televisa Chapultepec, lo que originó un gran despliegue de granaderos, que detuvieron a 14 personas, ocho de ellas menores de edad.

La movilización, a la que se sumaron grupos de jóvenes activistas y universitarios, se inició pasadas las 10 de la mañana en el Ángel de la Independencia y concluyó en la Plaza de la Constitución. Fue encabezada por integrantes de la Unidad Patriótica por el Rescate de la Nación y de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y su consigna principal fue el rechazo generalizado a las reformas estructurales.

Para garantizar la seguridad, los contingentes organizaron el orden en el que marcharían. Pero justo antes de que la vanguardia llegara a la glorieta de la Palma, en Reforma, unos 100 jóvenes vestidos de negro y con los rostros cubiertos se incorporaron al frente de la marcha, lo que generó tensión, que creció cuando aparecieron unos 200 policías ministeriales que caminaron durante toda la movilización junto a quienes cubrían su rostro.

Los manifestantes marcharon sin contratiempos hasta el Zócalo. Muchos coincidieron en señalar que la movilización transcurrió en paz debido a que no hubo granaderos, pues a diferencia de otras marchas, la única presencia de policías, además de los ministeriales, fue la de los elementos que se apostaron detrás de las vallas metálicas colocadas alrededor del Senado.

Al ingresar al Zócalo –donde se efectuaba un mitin convocado por Andrés Manuel López Obrador contra la reforma energética–, la tensión regresó. Algunos de los simpatizantes del ex candidato presidencial exigían a los jóvenes que ocultaban su rostro que se quitaran las máscaras. Éstos llegaron hasta detrás del templete y aseguraron que habían pedido la palabra para exigir la liberación de los presos políticos de marchas anteriores, pero no atendieron nuestra solicitud.

Recordaron que entre las personas privadas de su libertad se encuentra Luna Flores, recluida en Santa Marta Acatitla y quien desde el jueves está en huelga de hambre y al ser diabética tuvo que ser trasladada al hospital de Tepepan.

Posteriormente se retiraron caminando, pero al llegar a la estación del Metro Isabel la Católica les fueron cerradas las puertas, lo que provocó su enojo, lanzando proyectiles contra los vidrios de una tienda de conveniencia, para después llegar hasta Televisa, donde arrojaron piedras.

Al momento acudieron decenas de granaderos que los corretearon hasta la Plaza de la Ciudadela, donde hubo varios detenidos.

Una fue Alejandra Rodríguez Escobar, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y colaboradora de Somos el Medio, quien documentaba los hechos. Varios granaderos intentaron impedir a los periodistas filmar o fotografiar la aprehensión, como a Tania Molina, de La Jornada, a quien un granadero tiró con un escudazo su teléfono móvil y se lo quitó. También fue agredida Gladys Horta, observadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.