Presentará su novela más reciente, El cuerpo expuesto, en la FIL de Guadalajara
Me gusta pensar en los fetiches y los rituales porque responden a conductas profundas, opina la escritora
Hemos construido sistemas e inventado tecnologías que nos rebasan, que no sabemos cómo usar, que van más allá de lo humano, explica a La Jornada
Martes 26 de noviembre de 2013, p. 5
Esta idea de que leer, hablar o contar historias no sirve para nada, es absolutamente falsa porque si no fuera por las historias que coleccionamos no seríamos capaces de sobrevivir como especie
. Además de plumas, lápices y cuadernos, Rosa Beltrán colecciona eso: historias. Ahora dos coleccionistas, Charles Darwin y un biólogo moderno, son los protagonistas de su nueva novela, El cuerpo expuesto.
Las historias que coleccionamos son las que nos han enseñado cómo se vive, que ahí hay algo adelante, o que tenemos que cuidarnos de tal cosa. Las historias nos enseñan qué desear porque no hay nada que deseemos en el mundo que no hayamos leído antes o que no forme parte de la colección de sueños de alguien más
, dice en entrevista en la sede de la editorial Alfaguara en México.
–¿Colecciona algo?
–Muchas cosas, y soy muy fetichista. Me gusta además pensar en las colecciones de otros escritores, de otros autores, y en los fetiches y en los rituales porque creo que responden a conductas profundas, inexplicables que subyacen en esta parte llamada inconsciente de la que tanto habló Freud, que sin embargo son como cuerdas en medio del mar de las que nos tomamos para poder sobrevivir.
Todos somos coleccionistas
–¿Qué colecciona?
–Esta es una pregunta para el sicoanálisis. Colecciono plumas, lápices, libretas, cuadernos, ahí hay una explicación muy clara y evidente a través de la escritura, de escribirme y de escribir lo que pasa. Tengo la ilusión de que de algún modo palio la idea de sin sentido que a veces tenemos, la idea de que lo que ocurre pasa de una forma desordenada y caótica, que si no la ordenamos en una narrativa parecería que los días se van y serían perdidos.
Creo que el acto de escribir es eso: ir ordenando todas esas narrativas que nos habitan y nos habitan en nuestro múltiples yo a lo largo del día y que tenemos que unir a través de un punto de vista o varias voces y de una narrativa que les dé un sentido
.
Además de coleccionar plumas, libretas y lápices, Rosa Beltrán hace colecciones de libros en la dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Creo que todos somos coleccionistas, si me tocara tener la grabadora y preguntarte a ti descubriría qué coleccionas, creo que es un acto inevitable, y otras especies también lo hacen. Creo que es una forma de dilación de la muerte.
Escribir también es coleccionar palabras. Eso es el acto de escribir: poner una palabra después de otra, ponerlas en el lugar preciso: leer y escuchar a otros es coleccionar historias
.
Es posible, o no, que ser coleccionista de esos objetos hayan sido el germen de esta novela, que publica el sello Alfaguara. Preguntarme por qué colecciono eso no es algo que me haya perseguido toda mi vida de manera consciente. Sin embargo los grandes coleccionistas, los estudios de Walter Benjamin sobre el coleccionismo, el significado sicoanalítico de una colección, sí son algo que ha estado presente. ¿Qué hace un coleccionista finalmente? ¿Por qué un coleccionista, si lo es de verdad, no quiere terminar con esa colección, no quiere llegar a esa última estampa y cerrar el álbum? Porque es una forma de dilación de la muerte
.
Hablamos de colecciones y coleccionistas por el tema de su novela: por una parte la narración de la vida de Charles Darwin y la teoría que revolucionó al mundo –aunque no en el momento– acerca de la evolución de las especies y la sobrevivencia de los más aptos. Frente a Darwin, un biólogo de este siglo decide crear un blog para exponer los cuerpos de los seres humanos, como en una especie de colección, para hablar más que de la evolución, de la involución de la especie.
La idea de coleccionar seres humanos “nos inquieta, nos descoloca; podemos coleccionar otros tipos de especies y los metemos en los zoológicos, circos, en los laboratorios, sin embargo el cuerpo de los homínidos, el cuerpo humano, por todos aquellos valores culturales que le hemos impuesto parecería ser algo intocable.
“Tiene algo de sagrado en nuestras mentes, y hay algo de sacrílego en el hecho de exponer cuerpos. No obstante los reality shows, todas estas formas performativas que aparecen en los medios de comunicación, ¿no son también coleccionables? ¿No son cuerpos que a voluntad deciden ser expuestos? ¿Y qué hay detrás de esta necesidad de exposición? ¿Y por qué creen quienes se exhiben que esa es la manera de encontrar su individualidad? Todas estas contradicciones de la época que vivimos las quería explicar a través de este biólogo que colecciona en un blog cuerpos de homínidos, con su anuencia, ellos quieren pertenecer a ese blog, se niegan a que se cierre”.
Una de las preguntas que tendrá que hacerse el lector es si este biólogo es un impostor, si es en realidad un científico y su interés es ayudar a la ciencia, si es un esteta, si está loco, o al revés, si tendríamos que buscarlo y contratarlo para que nos explique por qué existen cuerpos que no existían en la época de Darwin. La pregunta central de este libro es qué nos ha pasado en términos del cuerpo, de Darwin para acá, qué tiene que ver Darwin con nosotros
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Depositario de ideales y sentires
Al parecer, añade Rosa Beltrán, todos estos cambios en la especie se deben a que hemos construido sistemas e inventado tecnologías que nos rebasan, que no sabemos cómo usar, que van más allá de lo humano, que la visión deformada o transformada de los medios nos ha hecho pensar, por una parte, que si no podemos transformar al mundo en términos políticos y económicos, el último bastión de la autogestión es el cuerpo, que el cuerpo es el depositario de nuestros ideales y sentimientos, que es nuestra patria chica, y por qué a la vez lo que vemos desfilando por la calle no son otros cuerpos, sino la idea del cuerpo que nos hemos formado, Todo esto es lo que está detrás de la novela
.
Hablar de Darwin y el pasado como parte de una de sus obsesiones, como escritora: “Hay un hilo conductor entre La corte de los ilusos (su primera novela) y El cuerpo expuesto y las novelas entre ellas dos: explicar el presente a través de una figura del pasado, de buscar no estos modos nostalgiosos de la historia tan típicos de ciertas novelas históricas sino más bien de cuestionar a través de una mirada oblicua datos que no aparecían y que no eran tan claros, otras narrativas que nos expliquen a partir del pasado a dónde hemos llegado y lo que somos ahora”.
El cuerpo expuesto será presentada el 1º de diciembre, a las 19 horas, en el Salón 4 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.