Con la certeza de que debe haber una apertura para adaptar los esquemas formativos a los cambios y de que la vida no debe ser percibida como una profesión u oficio, sino como una vocación, el ahora arzobispo Jorge Carlos Patrón Wong parte esta semana al Vaticano para integrarse a la curia romana como secretario de la Congregación para el Clero para los Seminarios, con lo cual se convierte en el segundo mexicano en ocupar un alto cargo cercano al actual Papa.

En entrevista precisó que el 28 de este mes debe estar en Roma para comenzar el nuevo encargo que le dio el 21 de septiembre pasado el papa Francisco. Vivirá en la Casa Santa Martha, residencia de 129 habitaciones en la cual se hospedan los cardenales durante los cónclaves y en la que también habita el papa Francisco.

El arzobispo, quien el sábado pasado se despidió de su feligresía de la diócesis de Papantla, confió que su experiencia de casi 13 años en la formación de seminaristas coadyuve a tener mejores santos y buenos sacerdotes, sobre todo comprometidos con su misión. Tema que se convierte en prioridad luego de la crisis de pederastia clerical que afectó a la Iglesia católica y que puso en entredicho la vocación de los candidatos al sacerdocio.

Patrón Wong formó parte del equipo de religiosos que elaboró en 2012 el protocolo de la Conferencia del Episcopado Mexicano para evitar abusos a menores y atender a las víctimas, instrumento que el ahora papa emérito, Benedicto XVI, ordenó crear a todas las conferencias episcopales del mundo.

El nuevo encargado de los seminarios, quien estudió sicología, ha insistido en que la formación en los seminarios es clave para evitar la pederastia clerical, pues en ese espacio se pueden detectar personalidades no aptas para la vida religiosa.

El obispo Carlos Patrón Wong es el segundo mexicano en ocupar un alto cargo cercano al papa FranciscoFoto Sergio Hernández

En mayo de 2000, Patrón Wong fue nombrado rector del Seminario Conciliar de Yucatán; en 2002 fue electo presidente de la Organización de Seminarios Mexicanos (Osmex) y luego fue electo presidente de la Organización de Seminarios Latinoamericanos.

El arzobispo comentó que en los años recientes, por conducto de la Osmex, en México se ha logrado una importante actualización de los formadores, una real comunión de principios y experiencias y gran libertad para ir adaptando en cada diócesis la formación sacerdotal.

Detalló también que la formación, como toda la educación, tiene que estar continuamente renovándose, porque los cambios que se dan en la actualidad son muy rápidos y debemos entrar en dinámica de renovación constante, adaptarnos a las inquietudes, a las dificultades, a los sueños de cada generación.

Añadió que antes era muy fácil tener esquemas formativos y educativos bastante estables y seguros en los seminarios, pero ahora, dijo, debemos tener una apertura muy grande para modificarlos, adaptarlos sin temores y sin miedo, con espíritu de aprender a aprender, pero remarcó que esto debe ocurrir teniendo siempre como inspiración los principios y valores cristianos.

Apuntó que quienes se dedican a la formación y educación, cada día debemos aprender a ser mejores educadores y formadores para generaciones concretas y personalizadas, y añadió que para las vocaciones religiosas el perfil genuino básico es el seguimiento de Jesús, todas las vocaciones deben partir de un encuentro con Cristo.