Lunes 25 de noviembre de 2013, p. 31
San Miguel de Allende, Gto., 24 de noviembre.
El gobierno panista del estado recurrió a la Iglesia católica para tratar de convencer a indígenas ñañús de que avalen el trazo de la autopista Silao-San Miguel de Allende, proyecto que dañaría su patrimonio cultural y a sus comunidades.
El sacerdote Jesús Ramírez Torres, acompañado por personal de las secretarías de Obra Pública y Gobierno, convocó a un grupo de 30 indígenas para asegurarles que la carretera incrementará el turismo en Dolores Hidalgo, en San Miguel de Allende y en las comunidades ñañús.
El padre nos recibió en su casa para que él, como miembro de esta comunidad, conociera este proyecto. De ahí la petición de convocar a los fieles y darles a conocer de manera objetiva y neutral el proyecto
, dijo el coordinador de evaluación y análisis de la Secretaría de Obra Pública, Adán Díaz López, en la comunidad Cruz del Palmar.
El clérigo aseguró que la obra no dividirá a los feligreses ni afectará los servicios religiosos en la parroquia de Cruz del Palmar, porque el gobierno construirá puentes.
El sacerdote pidió empedrado de caminos, agua potable y alcantarillado para la comunidad, así como una cerca de malla ciclónica para El Calvarito (capilla de indios del siglo XVI).
Ricardo Vidargas, representante de la agrupación Va por San Miguel, hizo en la reunión un recuento de los daños que causará la autopista a las tradiciones, sitios sagrados, zonas arqueológicas, vida social, paisaje natural y monumentos históricos de la región ñañú.
No nos oponemos a que construyan la autopista, sólo pedimos que cambien el trazo
, dijo el activista cuando un hombre le preguntó qué han hecho para preservar las tradiciones de los otomíes.
La ñañú Salud Ramírez repuso que el daño que cause la autopista será irreversible.
Integrantes de organizaciones civiles de San Miguel de Allende exhortaron a la Iglesia católica a mantenerse al margen del conflicto.