anador del Premio Mercury 2013, máximo galardón musical de la industria británica, el productor y cantante londinense James Blake vuelve a México. Viejo conocido de este espacio, ya figuraba desde 2010 con sus electro-deconstrucciones, primero con el deslumbrante EP Klavierwerke, donde con sólo cuatro tracks dio a conocer un estilo propio, inédito: una base borrosa de piano donde extractos melódicos de voces soul y R&B entran y salen cual espectros discontinuos; una especie de dubstep lento y discreto con percusiones sutiles, teclados entrecortados y diluidos (http://bit.ly/1baEMr0), cual si se tratara de la continuación pop (es un decir) del experimental e innovador Burial (Burial, 2006; Untrue, 2007).

Dicho estilo fue depurado en disco homónimo de 2011, con un poco más de piano jazzy, austero, minimal, donde los sintetizadores deslavados fueron el ingrediente adicional (http://bit.ly/AjVYHo). Y es que la novedad sónica de este inglés de 25 años radica en que lleva las melodías del R&B estadunidense a terrenos lejanos de su concepción original, sin edulcorantes temáticos ni beats pesados ni traseros frenéticos sin fin. Blake extrae los elementos cantábiles del género para llevarlo a un plano etéreo, palaciego, elegante, donde la electrónica suave en combinación con el piano magro, son la plataforma para su tristeza.

El giro arribó con Overgrown (2013), álbum con el que fue galardonado, donde las melodías vocales dejan de ser fantasmales para ser colocadas al frente, protagónicas, a la cabeza de cada tema. Quizás en orden de llegar a más audiencias, las estructuras se volvieron más formales, en torno a lo que se entiende por canción, cosa que antes no ocurría (para bien), sin dejar de ofrecer atmósferas de quietud y personal construcción electrónica. De hecho, el mismísimo Brian Eno colabora en el tema Digital Lion, dando caché el paisaje. También colabora RZA, cabecilla del histórico combo de hip hop neoyorquino Wu Tang Clan, en Take a fall for me. Los pianos y sintes siderales prevalecen, sobre todo en delicias como Retrograde y la bailadora Voyeur. Los pasajes espectrales dejaron de estar en la voz para pasar a las texturas de fondo. Con todo, aunque su timbre es una cálida mezcla entre Antony Hegarty y Jeff Buckley, su canto no es explosivo sino sutil, tímido, frágil, lo que en su contexto de desolación es coherente virtud, disfrutable por ejemplo en la gran Dlm.

Sin embargo, para quienes gustábamos de su perfil arriesgado, decepciona un poco el que su experimentación haya disminuido, para dar paso a la masificación del post-dubstep que en 2009 comenzaron a proponer artistas como el dueto británico Mount Kimbie. Con todo, se trata de una pieza sofisticada, íntima y confidente, que representa lo más fino del pop actual, y que no suena a nadie más que a él.

Para regocijo de los amantes de lo atmosférico, James Blake en segunda visita: domingo 24 en Guadalajara (Teatro Estudio Cavaret) y lunes 25, en El Plaza (Juan Escutia 4, Condesa; 21 horas, $450 a $600).

Fabulosos Cadillacs. Gusana Ciega. Austin TV.

Viernes 22. 1. Felicidad melódica con La Gusana Ciega en acústico. Teatro de la Ciudad (Donceles 34, Centro), 20 horas, $350 a $450. 2. Vuelve con mucho brío, el chilango combo pop-gresivo Austin TV. Plaza Condesa (dirección citada), 20 horas, $250.

Sábado 23. 1. Para hacer lucir a decenas de bandas novedosas, y dejar ver que el espectro de rock actual en México es numeroso, se lleva a cabo el Festival Ajusco: dos días para acampar y rockear. Día 23: Gordon Raphael (productor de The Strokes), Trans-X, Alejandro Otaola-Aarón Cruz-Patricio Iglesias, Juan Cirerol, Candy, Simplifires, The John Band, Los Headaches, Belafonte, Delicado Sónico, Atomix, Los Licuadoras, entre otros. Día 24: Agrupación Cariño, Astros de Mendoza, Sistemas Vocales, Marc Monster, Los Explosivos, Los Elásticos, Los Viejos, Garrobos, entre otros. Parque Deportivo Tocho Ajusco (Km 11.5 Carretera Picacho-Ajusco). 12 de la tarde a 3 de la mañana cada día. $200 (boletos en Kichink. 4160 7999; dudas: [email protected]). Detalles: www.festivalajusco.com. 2. Tras una deslumbrante actuación en 2010, en que todo fue magia y fiesta, CocoRosie, el dueto neoyorquino de las hermanas Casady (Sierra y Bianca) regresa con quinto álbum: Tales of Grasswidow (2013); producido por Valgeir Sigur_sson (Björk, Múm, Sígur Røs), da al electro-folk-minimal de ensueño de estas cantantes y multi-instrumentistas, aires de mayor fantasía, dulzura y volatilidad. Deliciosas, salvajes y divertidas en vivo. Auditorio Blackberry (Insurgentes y Aguascalientes, Condesa), 22 horas, $300 y $400. 3. Dos días de baile y gozo con Los Fabulosos Cadillacs, argentinos amados por el público mexicano, autores de numerosos himnos generacionales. Noviembre 23 y 24, Foro Sol, 19 horas, $200 a $900 (más recomendaciones).

Twitter: patipenaloza