El futbol mexicano necesita cambios profundos
Piojo Herrera merece ir a Brasil
a con el boleto al Mundial de Brasil, para regocijo de las televisoras y los anunciantes del Tri, los dueños del balón tienen la obligación de replantear la liga y sus prioridades.
Dice bien la Tota Carbajal que los directivos podrían olvidar los errores cometidos ya con el pase asegurado (o casi, dirían los muy precavidos). Resultó muy ilustrativa la foto de Justino Compeán, quien pasó de las risas a las lágrimas al festejar el impensable 5-1 sobre Nueva Zelanda en el Azteca. Compeán, si fuera acorde con todo lo que declaró en la etapa del Chepo de la Torre, ya habría presentado su renuncia.
Después, los directivos tendrían que llevar a cabo un plan de cuatro años para que rumbo a Rusia 2018 no vuelva a suceder una eliminatoria tan vergonzosa. Lo primero que deberían realizar es reducir el número de jugadores extranjeros y dar más oportunidad a los jóvenes.
Muchos criticarán que, al apoyar a los canteranos, podría bajar el nivel de la liga, pero en realidad son pocos los partidos que se salvan de todo el torneo regular. (La liguilla, ya se sabe, es cosa aparte). Y sólo con oportunidades los jóvenes podrán adquirir experiencia y demostrarán (o no) que tienen calidad para el máximo circuito.
El técnico Raúl Gutiérrez, con el aval que le dan un título mundial y un subcampeonato Sub-17, ya pidió más oportunidad para los chavos
. Mientras que en México se considera que un jugador es novato a los 17, en Sudamérica a esa edad ya andan en el máximo circuito y dos años después dan el brinco a Europa. O hasta antes.
Algunos abogan por el regreso de los torneos largos, lo que dicen daría tranquilidad a los técnicos, quienes no se limitarían a jugar al puntismo para conservar el puesto. Sin embargo, los que piden las temporadas anuales tal vez ya no recuerden –o nunca vieron– lo aburrido que era la primera parte del campeonato.
La goleada sobre los kiwis generó alabanzas y críticas, como casi siempre sucede en nuestro balompié nacional de irse a los extremos.
Algunos dicen que México no merece
ir a Brasil, pero el repechaje está contemplado en el reglamento, gracias a una FIFA que se preocupa tanto por nuestra Concacaf y nos otorga un duelo ante un equipo como Nueva Zelanda.
Sin embargo, presumir esa victoria sería como si un boxeador se jactara de su gran técnica y poderosa pegada cuando está en el gimnasio ante un costal.
La eliminatoria también dejó la lección de que los elementos que militan en Europa no son indispensables. Por supuesto que son lo más destacado del país, pero las piernas y las ideas se nublan luego de pasar más tiempo en la banca o la tribuna.
En el Coloso de Santa Úrsula se cantaba ¡vamos, vamos Améxico, que esta tarde tenemos que ganar!
Desde el inicio se aclaró que este América vestido de verde sólo era para el repechaje, con todo lo que eso implica para las siguientes convocatorias.
Si Miguel Herrera se queda en el Tri, como parece seguro y debería ser, podría amalgamar una selección que ofrezca pelea a las selecciones de media tabla. Contra las potencias nunca se ha podido, pero el Piojo ha demostrado ser un técnico capaz en la estrategia y si al América lo hizo campeón y superlíder con jugadores medianos, podría armar un equipo rescatable con lo mejor de la liga y algunos de los llamados europeos.
Mucho se critica que Herrera es demasiado exhibicionista, pero es preferible un técnico así que voltear a la banca y ver los gestos hoscos y preocupados del Chepo de la Torre o de Víctor Manuel Vucetich.
Luego de la pausa del repechaje, iniciará una liguilla que se quedó en el limbo. Las Águilas se sacaron literalmente la rifa del Tigre, Santos la tendrá fácil ante el Querétaro, León es favorito sobre el Morelia y Cruz Azul y Toluca se darán con todo.