Madrid, 17 de noviembre.

Fuera de plazo y con severas presiones del ayuntamiento, las empresas concesionarias del servicio de limpieza en esta capital y los representantes de los seis mil trabajadores en huelga sellaron un acuerdo que supone la vuelta a la normalidad después de 12 días de paro. Madrid amaneció un poco más limpia, pero la lluvia y los centenares de basura que permanecen en las calles reflejan una ciudad sucia, con mal olor, y el malestar creciente de una ciudadanía desesperada por la crisis y el pésimo manejo de la situación por la alcaldesa conservadora Ana Botella.

Las multinacionales Sacyr, FCC, Ferrovial y OHL ganaron el contrato público para dar el servicio de limpia a la capital de España para los próximos cinco años, lo que supone un desembolso de las arcas públicas locales de más de dos mil 500 millones de euros.

Las empresas concesionarias presentaron el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para despedir a mil 330 personas de una plantilla de seis mil con el argumento de que el ayuntamiento redujo drásticamente el presupuesto, y plantearon a los trabajadores una reducción salarial de 43 por ciento. Ese fue el origen de la huelga que inició hace 12 días y convirtió a esta capital en un lugar infestado de deshechos, con el riesgo del brote de epidemias.

Los trabajadores lograron, aunque de forma parcial, sus objetivos: que no se despida a ningún trabajador y que no se reduzca el ya de por sí bajo salario. Y el acuerdo final que firmaron la madrugada de ayer, después de más 15 horas de negociación, contempló un compromiso expreso de las empresas para mantener a la plantilla actual al menos hasta 2017. A cambio, los trabajadores aceptaron un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de 45 días al año, además de contemplar las bajas voluntarias con una remuneración de entre 28 y 29 días por año trabajado.

El acuerdo fue ratificado por todos los comités de los sindicatos de las empresas afectadas, lo que supone la reanudación de sus actividades normales a partir de la noche de este domingo. Estamos muy satisfechos porque los despidos se han retirado, por eso lo primero que queremos hacer es agradecer al pueblo de Madrid por su apoyo y lanzar un mensaje a los demás trabajadores para que sigan nuestro ejemplo. Ojalá nuestra lucha sirva para evitar los despidos masivos y las rebajas salariales, señaló Juan Carlos del Río, uno de los representantes sindicales.

La cuestionada alcaldesa de Madrid, Botella, esposa del ex presidente José María Aznar, en una declaración que molestó a los trabajadores afectados, afirmó que el fin del conflicto no va a suponer ningún despido gracias a la reforma laboral aprobada del gobierno de Rajoy. Y acusó a los sindicatos de un intento deliberado por hacer que nuestras calles estuvieran en la peor situación posible. Por eso no van a pagar los madrileños ni un solo euro.

La alcaldesa no compareció ante los medios de comunicación hasta el noveno día de huelga, cuando las críticas la acosaron y la mala imagen de la ciudad inundó los medios de comunicación del mundo.