En la pasada década, los países latinoamericanos incrementaron levemente su inversión pública en educación. Sin embargo, es resultado de una expansión del gasto fiscal y no de una mayor priorización de la educación dentro de la inversión pública, advierte la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).

En su informe denominado Situación educativa de América Latina y el Caribe: hacia la educación de calidad para todos al 2015, revela que el aumento puede explicarse por el crecimiento del servicio educativo con un impacto positivo en el gasto por alumno en primaria y secundaria, pero con una caída significativa en educación superior.

Se indica que la tendencia general del gasto público en educación para la región hasta 2010 pasó de 4.5 a 5.2 por ciento del producto interno bruto, aunque subraya, sin un aumento relevante de la priorización del sector dentro del gasto público.

Al respecto, explica que en promedio la inversión de los estados en educación como porcentaje de su gasto de gobierno disminuyó al pasar de un 14.8 a un 14.1 por ciento para la década de 2000 a 2010.

Destaca que si bien los recursos destinados por alumno en primaria pasaron en promedio de 14.1 a 16.1 por ciento del PIB por habitante, mientras que en secundaria subieron de 16.4 a 19.6 puntos porcentuales. En educación superior tuvo una caída de 43.5 a 29.7 por ciento.

En contraste, afirma la Unesco, el gasto privado en educación alcanzó 1.2 por ciento del PIB en 2010, es decir, 33 por ciento más de la inversión promedio que realizan los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La investigación ofrece un diagnóstico del avance en las naciones de la región en cuanto al cumplimiento de los seis objetivos de Educación Para Todos, suscritos en Dakar en 2000, y que incluyen el acceso universal a la educación primaria, la equidad educativa y la reducción en 50 por ciento de la población analfabeta.

El organismo multinacional reconoce que pese a los avances en objetivos básicos de la educación, como la cobertura, aún persisten temas críticos como las disparidades en las mejoras entre los países latinoamericanos, y las desigualdades internas en las naciones, pues la clase social, la condición indígena y la zona de residencia permanecen como factores de inequidad.

Y subraya que incluso cuando la población con mayores desventajas sociales logra avances, su situación en comparación con los sectores más privilegiados de la sociedad no ha mejorado significativamente.

La Unesco advierte que la pobreza que afecta a las familias aún es uno de los principales factores que estorban el acceso y aprovechamiento educativo, retos que se profundizan entre la población indígena y los habitantes de zonas rurales, donde aún no se puede garantizar que toda la población en edad de acudir a la escuela pueda hacerlo.