Opinión
Ver día anteriorDomingo 17 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Muestra

Amor índigo

L

a espuma de los días, de Boris Vian, la novela de amor contemporánea más desgarradora (Raymond Queneau). Llevar a la pantalla esta obra clave de la literatura surrealista, ha representado para muchos realizadores un reto enorme. Para muchos ha sido obstáculo infranqueable buscar el equivalente fílmico de su aparente desorden lúdico, de sus neologismos y juegos de palabras, de su iconoclastia subversiva.

Un desafío mayor es capturar el tránsito de ese juego adolescente a una historia de amor y duelo anticipado que con justa razón el novelista Queneau califica de desgarradora. Pocos cineastas se han aventurado a tal empresa (apenas dos: La espuma de los días, de Charles Belmont, 1968, y Kuroe, del japonés Gô Rijû, 2001). Amor índigo (L’écume des jours, 2013), del francés Michel Gondry (La ciencia del sueño, 2006), es sin duda al respecto la versión más delirante.

¿Quiere esto decir que se trate de la mejor adaptación posible? Gondry recrea con tanto empeño la inventiva literaria de Boris Vian, recurriendo a un artificio visual desmedido, que la proliferación de imágenes surrealistas fascina o aturde al espectador en su frenética sucesión y su atiborramiento. A pesar del desarrollo trágico de la trama, los personajes principales carecen de una verdadera densidad dramática; semejan marionetas gesticulantes atrapadas en el marasmo de grandes desgracias. A su vez, los decorados cobran un relieve mayor que las personas que los habitan o transitan por ellos, ya sea por cielo o por tierra o inmersos en el agua.

La formidable imagen de un amor contrariado por una extraña enfermedad que devora con un lirio los pulmones de la heroína (Audrey Tautou), ante los esfuerzos impotentes de su amante Colin (Romain Duris), tiene en Boris Vian una fuerza expresiva conmovedora. Michel Gondry se engolosina a tal punto con su tobogán de hallazgos visuales, que en una segunda parte en blanco y negro ya no consigue del todo extraer tonos dramáticos convincentes de sus personajes centrales. Una apabullante estética de videoclip rinde un tributo algo superficial a un clásico de la literatura moderna, lo que lamentablemente se traduce en un triunfo del efectismo publicitario sobre el más puro lenguaje literario.

Cineteca Nacional, Sala 1: 12 16:30 21 horas.

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