Diálogos en el infierno
ace unos años circuló y alcanzó gran influencia el libro de Maurice Joly, Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, formidable sátira de los tiempos de Napoléon III, espejo en el que se refleja todo gobierno. Y la incapacidad de aceptar la realidad que padecen quienes se ocupan de la cosa pública. Y ahí estamos, atrapados en la manía de los diálogos de sordos, en los que cada participante sabe que no se llegará a conclusión alguna; cada uno da la versión de logros imaginarios y gloriosos de su parte, partido o facción.
La dirigencia combativa de la sección 22 de la CNTE ha elevado a la altura del arte los retornos sin fin a la consulta de las bases. Florecen cada mes de mayo en Oaxaca. Y ahora han trasladado su combate sin fin a la capital de la República. Hay mesa de diálogo en la Secretaría de Gobernación, ensayo de ministerio del interior en la hora de los que sueñan desechar el régimen presidencialista para instaurar un régimen parlamentario. O uno mixto. Tanto monta, monta tanto, Iturbide como La Güera Rodríguez.
Los de la coordinadora demandan que el gobierno entone la palinodia y se desvanezca en el vacío la reforma educativa. Ni Miguel Ángel Osorio Chong ni quien lo designó tienen facultades para borrar de golpe una reforma constitucional. Lo sabe el secretario de la dependencia que ha vuelto a tener dientes. Y lo sabe cada uno de los maestros empeñados en brega de eternidad. Como los panistas: llevadas al extremo acaban por juntarse derecha e izquierda. Van y vienen. Salen a consultar a las bases y regresan a tomar asiento en una de las mesas del diálogo contemporáneo en los infiernos. Montesquieu vería con agrado el resurgimiento de la división de poderes en el país de tlatoanis, caudillos y pequeños napoleones desechables cada seis años. En el Poder Legislativo se debate y se vota, se ejercen las facultades de diputados y senadores, aunque muchos ignoren que representan a la nación los de San Lázaro y a cada uno de los estados de la Federación los de Insurgentes esquina con Paseo de la Reforma.
Es notable y loable el espectáculo de los del sistema plural de partidos, consolidado por la facilidad y frecuencia con la que cambian de chaqueta, tanto los del PRI que volvió de la mano de Enrique Peña Nieto, como los del PAN que hoy combaten entre sí pero alientan la relección de legisladores y la segunda vuelta en las elecciones presidenciales; y los del PRD, facción de la izquierda con Marcelo Ebrard en el comité central en espera del cambio de guardia; o la que fuera guiada por Dante y hoy incluye a Manuel Camacho Solís en la nómina de guías a falta de un Virgilio con vena política. Siempre hay la esperanza de que acepte volver Cuauhtémoc, ya no joven abuelo, pero todavía a la altura del arte.
El Senado se aproxima al del fórum romano, sin un Catón digno de seguir hasta la cárcel en lugar de ceder mansamente a la ambición de Julio César. Males son del tiempo... Ahí se pavonea Ernesto Cordero con pretensiones de pastor y sin rebaño. Ahí se solaza Emilio Gamboa con el cultivo yucateco. Y Barbosa el del PRD fija alegremente rumbo a la izquierda sin brújula, mientras Manuel Bartlett padece la nostalgia del poder y del saber. Ahí compareció Miguel Ángel Osorio Chong, hidalguense a quien no le importa el color del gato, sino que atrape ratones. Monólogo en los infiernos del Espíritu de las Leyes; lecciones sobre la razón de Estado y los motivos del Príncipe del tercer milenio para no confundir seguridad pública con seguridad nacional. Y el milagro se hizo. Uno que otro senador habló a los representantes de los medios de lo atinado del informe y lo detallado del combate a los del caos criminal señalados como integrantes del crimen organizado. Nada de nada. Como si hubiera pasado la sombra de Fouché, o el fantasma de Beria.
Y son los mismos que afilan los cuchillos para el duelo de su Cordero y el Madero que pastorea al panismo y ha pactado con los mismísimos demonios en aras de la relección sucesiva de diputados y senadores; de la segunda vuelta presidencial y un centralismo electoral digno del Consejo de Notables. No todo ha de ser medallas de Belisario Domínguez. En Bucareli cultivaron el virus de la desmemoria con el cambio del Instituto de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana al de Estudios Históricos de las Revoluciones de México
. No habrá desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana este año. Enrique Peña Nieto acelera el paso de su programa de reformas: ¿cuál es el rumbo?
Por lo pronto aprobaron la reforma financiera y entre gritos de alarma de los ricos, sus tropas patronales y empresariales, hubo un presupuesto de egresos en busca de que paguen más los que más ganan; aumentos al ISR y tasa de 10 por ciento a las utilidades de operaciones en la Bolsa de Valores; una rayita al tigre de los privilegios de las grandes corporaciones, señales del fin de la consolidación como simulación para eludir pago de impuestos por las utilidades de la empresa madre. Y asomó la sonrisa de Nicolás Maquiavelo ante el súbito giro de Luis Videgaray: el hombre de la bolsa blindada y el desaparecido gasto público, el firma guardián del retiro del circulante a cargo del rotundo Agustín Carstens: acelerón al gasto desde el primer día de 2014, declara. Se congratula del incremento del presupuesto para inversión en infraestructura y la conversión del ortodoxo déficit cero al estímulo del crecimiento y al gasto social.
Hay, sin embargo, brotes de racionalidad, de política, gestos de concordia y conciliación, cortesía y trato digno de adversarios en el aquelarre de disputas intestinas y ambiciones desmedidas por hacerse del botín. Manlio Fabio Beltrones, sonorense formado en el difícil y deleznable quehacer político del priato tardío, puesto a prueba por la implosión del reformismo salinista, al desatarse la violencia incoherente y destructiva del 94, ensaya la lógica parlamentaria de Hamilton. Y asume un inesperado liderazgo moral: corren versiones en las redes antisociales, cargos anónimos que señalan a Luis Alberto Villarreal, coordinador de la bancada panista, como autor de un presunto cobro de diezmos a los alcaldes de su partido. No hay prueba de esos cargos y el diputado Villarreal, diría Beltrones, es hombre serio, político de probidad reconocida.
Y hay norte en Veracruz. Javier Duarte rindió su tercer informe de gobierno. Duro e incierto arranque de sexenio tuvo: había que enfrentar una situación económica complicada, políticamente confrontada y con un grave problema de seguridad
; se ha superado, dijo. Pero no se engaña: la Marina militar permanecerá en Veracruz el tiempo que sea necesario
; se requirió aplicar duras medidas correctivas
en las finanzas. Hay norte, persisten los embates ambientales y la pobreza en Zongolica, el hambre como un río de esos muy crecidos
. Javier Duarte hace política y se compromete con el gobierno de Enrique Peña Nieto. Ahí estuvieron los gobernadores Mariano González Zarur, de Tlaxcala; Rolando Zapata Bello, de Yucatán; Rafael Moreno Valle, de Puebla; Manuel Velasco Coello, de Chiapas; Roberto Borge, de Quintana Roo. Y César Camacho, presidente del CEN del PRI.
La economía del estado es la décima más importante en América Latina. Suena bien. Pero hacen falta unas décimas de Tlacotalpan y el verbo florido de Alvarado para no perder el paso ante la inestabilidad que quiebra el ánimo de las familias
. Y ver de frente la realidad distorsionada por el diálogo en los infiernos.