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Vox libris
La saga del miedo
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de noviembre de 2013, p. a16

Con Siete esqueletos decapitados, Antonio Malpica, Toño para los cuates y sus lectores, inició una saga que no estaba planeada: El libro de los héroes. A los esqueletos sin cabeza le siguió Nocturno Belfegor y ahora inicia el viaje para El llamado de la estirpe, que se presenta este domingo 17 de noviembre a las 13 horas en la Sala José Vasconcelos en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Para los seguidores dos avisos importantes: la saga será de cinco libros y ahora los tres tienen nuevas portadas.

El llamado de la estirpe llegó recién el viernes a la redacción. Quien esto escribe no cometerá el mismo error que con Siete esqueletos decapitados: leerlo de noche y con las luces de la casa apagadas excepto la de la sala. Me recomienda el autor: Lo puedes leer con las luces como quieras, pero de preferencia acompañada. El autor no se hace responsable de lo que ocurre cuando se cierra el libro y no hay nadie en casa.

Al hablar de la saga, Toño cuenta que en principio se trataría de un libro nada más, precisamente Siete esqueletos decapitados, con Sergio y sus amigos Jop y Brianda como protagonistas.

Pero no se trata de cualquier libro, es un libro de terror. Y no un libro de terror dirigido al público adulto. ¡No señor!

Éste libro en particular tenía un lector específico en mente cuya edad fuera de 12 años para arriba. Terror para casi niños y adolescentes, un género que poco había sido explorado dentro de la literatura infantil y juvenil mexicana.

Y sí que da miedo (la edad de quien lo lee no importa).

Cuenta la leyenda que Daniel Goldin, en ese entonces editor del sello Océano, le encargó a Toño escribir un libro para la colección El lado oscuro, dedicada precisamente a ofertar libros terroríficos para los jóvenes.

Me pidió que escribiera una novela de terror, que intentara que fuera para chicos de 12 años o más y que espantara lo más que pudiera. Para ser sincero pensé en principio en un solo libro, pero después, cuando lo estaba trabajando, casi al terminarlo, me di cuenta de que la mitología de la que estaba escribiendo daba para más. Sí se me ocurrió esta separación entre héroes y demonios, y que tenía que decir más al respecto, dijo Toño durante la primerísima presentación del libro que se realizó hace unos días en la Filij.

“Si hubiera planificado una saga de cinco libros a lo mejor habría hecho bien los cimientos, hubiera puesto todo en orden antes de avanzar en la primera. Me aventé una primera pensando, quizá, en una continuación, con cosas en la cabeza. Escribí una historia de terror con muchas puertas abiertas.

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Poco a poco lo he ido escalando. Hoy puedo decir a quien leyó las dos primeras partes que se resuelven interrogantes y se abre la puerta a otros tipos de conflictos en la vida de Sergio.

Aun cuando es uno de los mejores autores mexicanos de literatura infantil y juvenil Toño afirma que no escribe para niños tan deliberadamente como debiera. “Escribo queriendo ser honesto, sí pensando en el lector, pero también es cierto que no tengo tantas concesiones como se pensaría, me divierto y trato de horrorizarme en la misma medida.

“Recuerdo que cuando era chico no era tan fácil horrorizarme. Mi hermano Javier y yo abrevábamos de cualquier cantidad de porquerías para espantarnos. Cuando salió Siete esqueletos decapitados, la escribí pensando en la novela que me habría gustado leer a los 12 o 13 años”.

Cuando entrego ese primer libro pensé, Daniel me la va a aventar en la cara, porque me dijo que espantara y al final creo que se me fueron las manos. Daniel Goldin la leyó y cuando me regresó la llamada me dijo: Tengo dos noticias. La primera es que me gustó y quiero publicarla. La segunda es que le hace falta más terror.

Para mí, recuerda Toño, fue un golpe en el estómago porque pensaba que estaba muy subida de tono. Para el editor había partes muy luminosas que había que quitar. Lo que me hizo entender Daniel y le agradezco es que los chavos son por naturaleza política- mente incorrectos. Eso me ha hecho crecer como escritor, volcarme en la letra, hacer que pasen cosas terribles en los libros y que los niños al leerlos puedan irse a la cama sin problemas porque separan muy bien ficción y realidad.

Y entonces llegó Nocturno Belfegor, donde la trama se complica con una buena dosis de homicidios que llevan a Sergio Mendhoza a Budapest para encontrarles solución. Los asesinados eran nada más y nada menos que pianistas (Toño toca el piano), se afianzan amistades y otra que parecía irrompible deja de ser lo que era.

Guillén, Julio, Alicia, Brianda, Jop y Sergio están ahora en el tercer capítulo de la serie. Y en la cabeza resuena aquella pregunta: ¿Cuánto miedo puedes soportar Mendhoza?

Y ustedes... ¿cuánto miedo pueden soportar?

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