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Problemas técnicos terminaron el espectáculo

Con cuentos y música llevan a Mozart y Andersen a la Filij
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El Centro Nacional de las Artes fue abarrotado el sábado por padres y niños que aprovechan los últimos días de la FilijFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Domingo 17 de noviembre de 2013, p. 5

La música fue el centro de la narración oral Entre Mozart y Andersen un cuento, realizado ayer por Marcela Romero y el grupo Las Libélulas, de Alas y Raíces, en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij) 2013.

Apelando a la imaginación de los niños y bajo el sol intenso del mediodía, la cuentacuentos realizó este acercamiento a la vida y obra del compositor y pianista austriaco Wolfang Amadeus Mozart (1756-1791) y a Los cisnes salvajes, del escritor danés Hans Christian Andersen (1805-1875), con la importante participación en vivo de dos músicos.

“Era enero de 1756, hacía mucho frío. Era Salzburgo, en Austria; ahí estaba un señor muy serio en casa tocando el violonchelo, se trataba de don Leopoldo Mozart. Estaba muy nervioso porque su esposa, en la habitación de junto, estaba a punto de dar a luz…”, así comenzó el espectáculo, tras la interpretación de una pieza clásica por Diana López Berumen y Alexandro Lucero.

Leopoldo estaba feliz, la música lo tranquilizaba, además quería tranquilizar a su familia, su mujer acababa de tener un bebé, la niña trataba de ayudar a su mamá y él quería que música fuera lo primero que su hijo escuchara en la vida.

Un centenar de espectadores, entre niños y sus papas, prestaban atención a la vida de Mozart, quien fue un niño prodigio y a los cinco años ya componía piezas musicales. Nannerl (María Ana), su hermana mayor, afirmó la cuentacuentos, era tan buena intérprete como Wolfgang, pero como era mujer, nadie le hizo caso.

Animada, la narradora (vestida a la usanza del siglo XVIII) dio detalles de las peripecias, las dificultades y los logros del pianista; explicó a los presentes las características de la época, el matrimonio con Constanze Weber, la relación con su amigo Haydn, y luego dio paso a la ejecución de breves fragmentos de sus creaciones, entre las que estaban una de sus primeras piezas compuestas, originalmente para flauta, Don Giovanni y Las bodas de Fígaro.

En seguida, ofreció una adaptación del cuento clásico de Andersen, donde la magia y la música permitieron a los infantes echar a volar su imaginación para sentirse parte de la historia de Elisa y los 11 cisnes, sus hermanos.

El espectáculo terminó de manera abrupta por problemas de logística y técnicos. “Creo que es inútil insistir en que ustedes puedan imaginar con todo esto. Les agradecemos mucho su paciencia, su cariño…”, concluyó Romero. A quien el público respondió con una tanda de aplausos y bravos.