Con una pequeña ayuda de mis amigos el ex beatle cerró la primera de tres presentaciones
Viernes 15 de noviembre de 2013, p. 9
La beatlemaníaca Caja de cerillos incendió el ánimo de 10 mil almas reunidas en el Auditorio Nacional, la noche del pasado miércoles, en el primero de tres conciertos de Ringo Starr, quien fue recibido a las 20:30 horas entre gritos, aplausos, brincos, que mostraron el cariño de los mexicanos por el baterista.
Si el principio fue emotivo, la segunda canción ubicó al respetable en el horizonte solista del músico. La escenografía reflejó los días sesenteros del amor y paz: una gran estrella en la que reposaba una flor de seis pétalos.
Starr expresó que era un gusto para él estar de nuevo en México. Sus interpretaciones tenían el plus de un baile que balanceaba su cuerpo con varias décadas de vida.
Sueño sicodélico
Fue el inicio y Ringo extendió el sueño sicodélico de los Beatles para eternizar la frase de que al final sólo se recibe lo que se da.
El ex beatle estará el próximo domingo en el Zócalo capitalino, donde dará un mensaje de paz.
Con Paul McCartney, Ringo ha mantenido encendida la llama icónica, el alud de imágenes que impactan la mente al sólo oír el nombre de los Beatles.
Llámenme Ringo
, dijo. Tal es la humildad de quien es una leyenda y de quien John Lennon dijo que ya era una estrella en Liverpool antes de integrarse al cuarteto en agosto de 1962. Tras la separación de los Beatles, Starr lanzó varias canciones como solista, que se volvieron éxito.
Este muchacho, como se le llama en la canción homónima que le compusieron Lennon y McCartney, estuvo de nuevo en el coloso de Reforma ayer 14 y el 19 de noviembre volverá al mismo espacio. Lo acompaña la décimo segunda alineación de su All-Starr Band, que ahora está integrada por el guitarrista Steve Lukather, el bajista Richard Page el tecladista Gregg Rolie, el guitarrista y multinstrumentista Todd Rundgren, el saxofonista y percusionista Mark Rivera y el baterista Gregg Bissonette.
Esta es la segunda ocasión que el ex beatle presenta su espectáculo en México. Estuvo en el mismo sitio en 2011.
Oye cómo va...
La All-Starr brilló la noche del miércoles y se escucharon Oye cómo va; Roxana levantó de los asientos a miles.
Ringo se integró a la orquesta y tan sólo fue una estrella más. Richard tomó el micrófono y tocó y cantó mientras Ringo hizo sonar el pandero. Con Gregg Bissontte, el otro baterista, tocó en una simetría sonora memorable.
Boys llevó a los días de los conciertos de Ringo con los Beatles en los estadios. Un rocanrol muy alegre. ¡Ringo, Ringo, Ringo!
Yellow submarine y las ganas de vivir. Miles elevaron sus globos amarillos.
El símbolo de la paz destacaba en la playera de Ringo y en la hebilla de su cinturón. La banda recordó a Santana con Mujer de magia negra.
Pidió que el público aplaudiera y que cantara con él Fotografía, para despedirse con Con una pequeña ayuda de mis amigos.
Los asistentes salieron silbando melodías, tarareando un pasaje que se les pegó.
Parte de la cultura de una época
El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro, estuvo en el Auditorio. Se le vio emocionado. Opinó: “¿Qué puedo decir? Por lo menos para mí fue un gran concierto, un recuerdo maravilloso de muchos años atrás. Vimos un conjunto extraordinario. La vitalidad de Ringo... nada más hay que recordar que es uno de los grandes, uno de los cuatro maravillosos Beatles. Ha sido un concierto, simplemente para mí, inolvidable.
Disfruté todas las canciones porque son distintas épocas, porque es Ringo, pero son todos los demás. Es una música que es parte de la cultura y de toda una época. Recorrimos los 60, 70 y 80. El Auditorio lleno, feliz
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