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Estaba cansada de las trabas burocráticas de autoridades deportivas

Carolina Valencia estuvo a punto de competir por Cuba o Belice

La PND se quedó en México para demostrar ser la mejor halterista del país

 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de noviembre de 2013, p. a15

Carolina Valencia estaba decidida a dejar el país hace dos años para tener la residencia y competir por Cuba o Belice, pero prefirió quedarse en México porque sólo con resultados deportivos demostraría ser la mejor levantadora de pesas del país ante el mundo.

La idea no era descabellada ni para salir del paso. Estaba cansada de tantas trabas burocráticas de las autoridades deportivas del sexenio anterior y de los pleitos que se traía la Federación Mexicana de la especialidad con el Comité Olímpico Mexicano.

Ahora la vida le sonríe nuevamente a la pequeña gigante de Chetumal, la primera halterista mexicana que ganó tres medallas de bronce en los Campeonatos Mundiales de mayores en Polonia, cuyos resultados y una carrera deportiva de 12 años fueron suficientes para ganar el Premio Nacional de Deportes 2013 por su actuación y trayectoria.

Sin embargo, también ha sido un torbellino, reconoce la quintanarroense de cabellos dorados, quien vino de San Luis Potosí a la ciudad de México, como parte de las visitas que realizará en toda la República Mexicana para fomentar el desarrollo de la halterofilia en niños y jóvenes, las cuales serán difundidas en un documental que pidió la federación internacional de la disciplina.

El mundo está volteando para ver a México, estamos avanzando como deporte olímpico, dijo la pesista, para luego señalar que se necesita trabajar todavía más y estar en el podio olímpico en Río de Janeiro 2016 con buenas marcas.

Foto
Valencia ganó tres bronces en el Mundial de PoloniaFoto Notimex

Valencia Hernández, de 28 años y 48 kilogramos, irradiaba felicidad, no solamente por los logros deportivos de 2013, que espera comenzar a repetir en el ciclo olímpico que comienza el próximo año con los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz para conservar el título.

Confesó que el amor también la hizo cambiar cuando pensó irse al recibir ofertas de Cuba y Belice. En 2011 se casó con Bredni Roque, originario de la provincia cubana Pinar del Río y medallista mundial del mismo deporte en la división de 69 kilogramos, quien tramita la naturalización mexicana, porque contrajeron matrimonio en la isla.

Ella es mi mejor regalo, susurra Bredni, mientras una mirada de aprobación recibe del entrenador cubano Omar Broche. Ambos son responsables del trabajo físico y mental que llevaron a Valencia al podio mundial.

Hija de Eugenia, una maestra, y de Jorge Valencia, cónsul en Belice, la pesista asegura que no fue fortuito lo que se consiguió este año, porque han sido muchas horas de dedicación, de levantarse todos los días con el mismo ánimo con el que comenzó, soportar y superar lesiones, triunfos, derrotas, pruebas de vida, experiencias y decepciones.

Jamás quise dejar a mi estado ni mi familia y decidí salir adelante, afirma convencida la halterista, cuyo nombre se puso al gimnasio de Chetumal.