La Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada celebra el 85 aniversario de su fundación.

El antiguo edificio barroco, en el Centro Histórico, resguarda un tesoro bibliográfico acumulado desde los tiempo de la real hacienda novohispana hasta nuestros días, que preserva la historia económica de México.

Amplios pasillos con flores rojas, música barroca de ensamble y vitrinas de cristal que muestran sus joyas bibliográficas de siglos de edad, fueron la antesala de la ceremonia en el antiguo oratorio de San Felipe Neri, en la calle de República de El Salvador.

¿Qué es una biblioteca?, preguntó el ensayista y editor Adolfo Castañón. Enseguida citó al poeta Mallarmé, quien decía que el mundo desemboca en un libro. Agregó: “Y el lugar donde están depositados todos los libros es una biblioteca. En ese sentido estamos en un santuario donde se yuxtaponen las edades a través de las memorias impresas de la bibliografía mexicana y colonial del siglo XVII.

En esta Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada hay una conjunción de fondos e intenciones editoriales muy diversas. Básicamente la médula y articulación administrativa, contable, hacendaria, que nos permite recordar a través del espejo de las cuentas la memoria aritmética de la sociedad mexicana. Pero también están unos entornos que tienen que ver con la cultura en el sentido más amplio, el acervo que se encuentra aquí.

Muros con sello histórico

Castañón destacó la convergencia de factores, como las paredes del recinto del convento de San Felipe Neri, envueltos por los murales del artista Vlady inexplicablemente ligado a la historia de México y la revolución rusa, también un recinto que fue un teatro de variedades y resultó el espacio en el que se presentaron las primeras manifestaciones del pianista Arthur Rubinstein.

La biblioteca se fundó en octubre de 1928, a instancias de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); fueron Jesús Silva Herzog y Francisco Gamoneda los encargados de organizar los acervos, como se encuentran hasta hoy. Además, posee libros antiguos de siglo XVI, colecciones privadas y una magnifica hemeroteca, equiparable a la de la Universidad Nacional Autónoma de México. Así lo destacó José Ramón San Cristóbal, director general de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial de la SHCP.

Con el sello histórico en sus muros y lo que resguarda, a la celebración se sumó el clic inaugural del nuevo portal en Internet. Además, se destacó la posibilidad de poder consultar en línea el catálogo de la biblioteca y el proceso de digitalización de volúmenes.

El acto simbólico de apertura virtual fue realizado por María Fernanda Casanueva de Diego, representante de la institución encargada de la biblioteca.

Durante el acto se destacó que los usuarios de la biblioteca son estudiantes e investigadores que trabajan con los archivos económicos, otros consultan joyas del fondo reservado, cotejan noticias de la prensa histórica, sólo leen poesía o disfrutan un libro de arte rodeado por los espléndidos murales de Vlady, que relatan la historia de las revoluciones

Carlos Marichal, investigador de El Colegio de México, afirmó que todos los historiadores económicos tienen un cariño especial por esta biblioteca, por su valor extraordinario y ser una joya de fondos antiguos. Una buena parte de la historia de México está aquí, desde la época colonial.

Durante su discurso, narró una historia fiscal, desde los registros en tabletas de arcilla de los asirios, las tablas de sal que les pagaban a las legiones romanas de soldados, incluso hasta las almendras de cacao que atesoraban los tlatoanis en el México prehispánico.

Los impuestos están en el origen de las civilizaciones y de los estados, la construcción de los antiguos imperios de Egipto, Asiria, Roma, China o México, dependieron del establecimiento de sistemas fiscales de diferente grado de complejidad. Son los primeros ejemplos de escritura humana, afirmó.

Celebró que la biblioteca Lerdo de Tejada ha servido como punto de referencia y de consulta durante decenios. Me consta la utilidad de los fondos. Algunos de ellos, propiamente de hacienda, son únicos, como colecciones de memorias, boletines que permiten la reconstrucción de una parte importante de la hacienda y dos siglos de historia.