Recibimos sólo a 3 de cada 10 jóvenes, y en algunos casos 50% abandonan las aulas: Narro
A escala nacional, el porcentaje de quienes dejan los estudios llega a 8.5, informa la SEP
Jueves 14 de noviembre de 2013, p. 38
La deserción escolar en los sistemas universitarios no es sólo un fracaso del estudiante, sino de su familia, de la institución educativa a la que está inscrito y de la sociedad en su conjunto
.
Señalaron lo anterior expertos en el tema, durante la tercera Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono en la Educación Superior, la cual se efectuó en el Palacio de Minería de la ciudad de México.
Dijeron que se trata de un problema multifactorial que se presenta en todo el mundo –incluidas naciones con altos niveles de escolaridad, como Finlandia– y para el cual no existe una solución única.
Al inaugurar el acto, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, subrayó la urgencia de contrarrestar esta problemática. Hay que revisar qué pasa; nuestro sistema (de educación superior) sólo recibe a tres de cada 10 jóvenes en edad de ir a la universidad, y aun así tenemos muchos sitios con deserciones de 50 por ciento o más. Algo está mal y tenemos que revisarlo a fondo
.
Detalló que descubrir otra vocación; problemas económicos; antecedentes académicos; dificultades familiares, sicológicas, de salud y personales; el entorno comunitario y, en ocasiones, la falta de capacidad de las instituciones para retener a los alumnos son algunos de los factores que propician el abandono escolar.
Se van en el primer año de la carrera
La solución, dijo, no es única; hay que buscarla en el interior de las universidades con el concurso y participación del resto de los actores: los estudiantes, sus familias y las autoridades. Hay que determinar si se requiere más orientación vocacional y becas, flexibilizar los planes de estudio o romper con el modelo memorístico por otro que convenza a los jóvenes de que lo que hacen les sirve, les interesa, les llena; uno donde puedan tener mayor participación en la definición de los contenidos que se deben abordar
.
Para el rector, la relajación en los estándares académicos en las casas de estudios no sirve para mejorar la eficiencia terminal. Ésto sería un error todavía más grave
.
En entrevista, indicó que en el caso de la UNAM, el nivel de eficiencia terminal ha crecido en más de 15 puntos porcentuales en las tres décadas anteriores. Datos de la casa de estudios muestran que el número de egresados en todos los subsistemas universitarios pasó de 38 mil 445 en el ciclo escolar 1999-2000 a 58 mil 855 para 2011-2012, de los cuales, más de 26 mil 500 son estudiantes de bachillerato. Además, la titulación en estudios superiores se incrementó de 11 mil 272, en 2000, a 19 mil 831 en 2012.
En tanto, el subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP, Fernando Serrano Migallón, señaló que si bien existen fluctuaciones importantes, casi siempre ligadas a las crisis económicas, en los últimos 15 años el índice de deserción escolar se ubica entre 7.5 y 8.5 por ciento a escala nacional, con pequeñas variantes.
Agregó que el abandono de las aulas se da mayormente en el primer año de carrera, por lo que se debe afinar el procedimiento y ampliar la información a los alumnos, al vincular la elección vocacional, desde el principio, a un contexto laboral.
Lucía Monroy Cazorla, del Centro Nacional de Evaluación de la Educación Superior, indicó que si bien en las instituciones de educación superior existe un importante problema de deserción, éste es aún más grave en el nivel medio superior.
La especialista presentó un estudio sobre este fenómeno en el bachillerato, que concluye que la deserción se presenta sobre todo en el segundo semestre y que los hombres abandonan más que las mujeres.
Ser varón, con una trayectoria académica deficiente, bajos puntajes en matemáticas y español, no recibir una beca, tener un trabajo y bajas expectativas académicas, son los principales elementos que propician el abandono del bachillerato, de acuerdo con sus investigaciones, dijo. La situación económica sólo en algunos casos es factor de deserción, agregó.