La verdeamarelha
a libró con creces Miguel Herrera, ganó una afición sufrida ayer y feliz hoy, pero sobre todo el ganón es Emilio Azcárraga Jean, entronizado ya como el mandamás de mandamases del raquítico futbol mexicano, rendido a una versión pobre de la verdeamarelha brasileña por aquello de que es el Tri-América. Sobrado e impulsivo como es, Herrera dijo la víspera que, de ganar a los rústicos neozelandeses, no sólo iría como entrenador al Mundial Brasil 2014, si no que cumpliría el ciclo hasta el mundial de 2018.
Quedan ocho meses por delante, tiempo más que suficiente para acoplar al grupo de jugadores que viajarán a Brasil. El test ante los oceánicos dejó una actitud de los jugadores muy distinta a la mostrada durante las eliminatorias de la Concacaf. Tal vez habría que pedirle a Azcárraga que mueva sus influencias de cara a las eliminatorias del mundial 2018: mejor que coloquen al Tri-América en el grupo Asia-Oceanía. Tal vez ahí vuelvan a ser gigantes de zona.
Tiene que ver en ese cambio la personalidad del Piojo Herrera, discípulo aventajado de Ricardo Antonio Lavolpe. Sabe mover a su tropa, es muy flexible tácticamente y además contagia una energía fuera de lo común. La apuesta salió bien. Es el América reforzado con gente valiosísima como Márquez –descomunal su pase de 80 metros en el tercer gol-, Peña, Méndez y Oribe, un jugador que no se cansa de gritar que es el mejor delantero de México.
Esa fue hoy la buena noticia. Viene ahora la realidad. Este equipo, a menos que tenga una suerte bárbara en el sorteo mundial, no tiene cómo enfrentar a las selecciones de medio pelo, mucho menos a las de postín. Márquez, con todo y su clase, es un hombre muy lento. Sirve para andar por casa, para jugar y brillar contra Nueva Zelanda, y hasta ahí. El Maza Rodríguez igual: el gol de los neozelandeses los desnudó sin piedad.
El Tri-América necesita dejar de ser la verdeamarelha de petatiux para ser nada más que el Tri, es decir, tendrá Herrera que llamar a otros jugadores con buen nivel futbolero, tanto de la pobre Liga Mx como los que juegan en Europa. Hoy por hoy Oribe Peralta está arriba del Chicharito Hernández: el del Santos encara, gambetea y marca goles. Hernández es un caza-goles, nada más y nada menos. Tiene el roce de los grandes, no se arruga. Hace falta. Como hace falta Giovani dos Santos, jugador fino, inteligente, con una izquierda prodigiosa.
El Mundial no admite ensayos ni caprichos. Falta que el mandamás de mandamases así lo entienda…y lo asuma.