Rojos, golfos y zetas pelean por controlar municipios tamaulipecos
Domingo 10 de noviembre de 2013, p. 5
Desde los años 90, cuando fue detenido Juan García Ábrego, el liderazgo en el cártel del Golfo se ha definido por traiciones y venganzas de sus integrantes. Los hermanos Cárdenas Guillén, que después comandaron la organización, se enfrentaron luego al grupo de sicarios que ellos crearon para defender sus territorios hasta de los zetas, quienes se habían separado de la banda comandada por Ezequiel Cárdenas y formaron su compañía
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Funcionarios que participan en el gabinete de seguridad nacional revelaron que la estrategia en Tamaulipas se dirigirá a la zona de la frontera chica, donde tres grupos, los rojos, golfos y zetas llevan a cabo extorsiones a comerciantes y migrantes, así como enfrentamientos por el control de los municipios fronterizos de Tamaulipas.
Hasta febrero de 1996, cuando fue detenido Juan García Ábrego y entregado al gobierno de Estados Unidos, el cártel del Golfo operaba en 10 entidades, y el gobierno mexicano estimaba que introducía a territorio estadunidense 20 por ciento de la cocaína y mariguana que traficaban las organizaciones delictivas.
El liderazgo del cártel fue disputado entonces por Salvador Chava Gómez y Adán Medrano, El licenciado, y durante dos años se consideró que el primero de ellos tomó el mando de la organización y en ese lapso permitió que se sumara al cártel su amigo Osiel Cárdenas Guillén, quien trabajaba como madrina en el grupo de la Policía Judicial Federal adscrita a Tamaulipas.
En 1998 Osiel Cárdenas, también llamado El mataamigos, asesinó a Chava Gómez, desplazó a la familia de García Ábrego del grupo y logró que Gilberto García Mena, El June, y Hugo Baldomero Medina Garza, El señor de los tráilers, se convirtieran en los operadores del cártel del Golfo en la frontera chica, controlando el tráfico de cocaína y mariguana en los municipios de Díaz Ordaz, Ciudad Mier, Miguel Alemán, Guerrero y Camargo.
Cárdenas Guillén creó Los Zetas, un grupo de desertores del Ejército Mexicano, a quienes utilizó como sus escoltas y luego como su brazo armado para enfrentar al El Chapo Guzmán y otros grupos criminales, tanto en Tamaulipas como en Nuevo León. Así logró ser considerado como uno de los narcotraficantes más poderosos de México, ya que su organización llegó a tener presencia en 20 entidades de la República, entre ellas Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Jalisco, Zacatecas, Chiapas y el Distrito Federal, de acuerdo con reportes de la Procuraduría General de la República.
En 2003 Osiel Cárdenas fue detenido y su lugar lo compartieron –a partir de enero de 2007, cuando fue extraditado a Estados Unidos– Gregorio Sauceda Gamboa, El Caramuela (detenido en 2009), Eduardo Costilla Sánchez, El Coss (aprehendido en 2012) y Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta (abatido en 2010).
Sin embargo, la disputa del cártel del Golfo con Los Zetas inició con la extradición de Osiel Cárdenas; entonces su poderío disminuyó a cinco entidades y estableció alianzas con La familia michoacana y otros grupos pequeños que operan en Jalisco, Michoacán y Guerrero, para abastecerse de cargamentos de cocaína y mariguana, y mantenerse como la organización que controla la frontera chica, ahora también cobrando a grupos antagónicos para dejarlos operar, señalaron funcionarios federales.