Mientras no cambie la percepción del contribuyente de que existe corrupción en el manejo de los recursos públicos por parte del gobierno y de que no se realiza de manera eficiente, transparente y honrada, será imposible ampliar y aumentar la recaudación fiscal en México, señaló el abogado Luis Manuel Pérez de Acha, quien agregó que nada de eso se mencionó como argumento en la propuesta de la recién aprobada reforma hacendaria.

El especialista en temas fiscales habló durante la mesa Reforma a la hacienda pública y cultura contributiva, la última de las Jornadas para Entender la Reforma Hacendaria 2014, organizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas y realizada en la Coordinación de Humanidades, ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Comentó que acerca de la obligación de pagar impuestos la gente suele decir cosas como: ¿Otra vez nosotros, y por qué no les cobran a los que no pagan? Además, ahí están los informales, los ricos, Granier (ex gobernador de Tabasco) y la maestra (Elba Esther Gordillo); todos.

Recordó que en México hay 38 millones de contribuyentes, la tercera parte de los habitantes, pero de esos alrededor de 33 millones son asalariados, contribuyentes cautivos, que no pueden evadirse y pagan a la fuerza, no de manera voluntaria, que es la recaudación más efectiva. Sin embargo, agregó, esta última es la que no se ha podido incrementar en las tres décadas recientes.

Señaló que en 1980 la recaudación tributaria era de 9 por ciento respecto del producto interno bruto (PIB), mientras que en 2012 fue de 8.5 por ciento, es decir, no ha variado nada, pese a que las leyes fiscales se han modificado muchas veces: Se introducen nuevos impuestos, quitan, ponen y restringen deducciones, aumentan tasas... lo que se quiera.

Pérez de Acha dio otro dato: esos 33 millones de contribuyentes asalariados aportan 83 por ciento del impuesto sobre la renta, mientras el restante 17 por ciento lo pagan los profesionistas, las sociedades mercantiles y los grandes contribuyentes. Aquí estamos metiendo a los grandes, grandes contribuyentes, al que se imaginen de los grandotes, dijo.