El Tri Sub-17, con títulos, pero sin futuro
Califican los cinco favoritos
os títulos mundiales Sub-17, una medalla olímpica de oro y una semifinal juvenil (hasta ahora) serían por lo menos motivo de análisis en cualquier país que se interese por su futbol. No sucede así en el balompié mexicano, donde esos logros son poca cosa para unos directivos empeñados en el negocio que representa la excesiva contratación de futbolistas extranjeros.
Mientras el Tri mayor parece regresar a aquellos tiempos en que se ganaron el apodo de ratones verdes, los jóvenes comandados por Raúl Gutiérrez reflejan una mentalidad y un futbol distinto. Se repusieron de una goleada inicial que habría deprimido al más optimista (6-1 ante Nigeria) y alcanzaron la semifinal al superar a un Brasil que era el favorito al título, y además fue mediante maratónicos penales, con lo que además remontaron un mal endémico del jugador nacional: los llamados malditos penales.
Ya se sabe que el salto de las categorías juveniles a la primera división es muy complicado y nada garantiza que un buen joven se convierta en un buen profesional. Sin embargo, mientras países exportadores como Brasil y Argentina ya tienen un lugar disponible para sus bisoños elementos en la máxima categoría, aquí se toparán con refuerzos
que pasarán con más pena que gloria y con técnicos como el Tuca Ferretti, quien tiene el récord de nunca haber sido despedido, a pesar de que cierra las puertas a las fuerzas básicas de donde lo contratan.
A muchos mexicanos, aunque no sean aficionados al deporte de las patadas, les agrada ver los juegos de la Sub-17. Dicen que los jóvenes sí le echan ganas y juegan bonito
, valores que deberán redoblar este martes ante Argentina, que se ha convertido en un auténtico coco del Tri en todas las categorías.
Mientras crece la esperanza de que los Sub-17 puedan revertir el aplastante dominio argentino, el seleccionador Miguel Herrera ratificó una decisión, por la cual será alabado o censurado.
El bombero de los federativos y las televisoras determinó no convocar a los elementos que militan en Europa para el duelo ante Nueva Zelanda. Se la jugará con su base del América que, insistimos, son jugadores medianos que han asimilado la táctica del Piojo Herrera.
Si Herrera y su comando águila-leonés (más Oribe Peralta y menos Rubens Sambueza) logra el boleto a Brasil, habrá salvado el negocio mundialista y sumará más reconocimientos en su corta carrera como estratega, pero si sigue la línea marcada por Chepo de la Torre y Víctor Vucetich, todos le recriminarán que hicieron falta algunos de los que andan por Europa más en la banca o tribuna que en la cancha, y que en realidad sí han quedado a deber cuando visten la playera verde.
El torneo mexicano suma ya cinco calificados. Al América y Santos se unieron esta semana Cruz Azul, León y Toluca, que han sido los equipos más regulares de nuestro irregular-competido balompié y lucen como los favoritos al cetro.
Quedan tres lugares para cinco equipos (Jaguares, Morelia, Querétaro, Tigres y Xolos), mientras dos de los cuatro grandes (Pumas y Chivas) ya sólo luchan por ver quién es el peor y cuando parece que han tocado fondo empiezan a escarbar.
Otros fiascos del torneo son Monterrey y Pachuca. A la Pandilla por lo menos le queda el consuelo del Mundial de Clubes, mientras que los Tuzos siguen sin atinar en los refuerzos, y esta vez no los pudo ni rescatar el Ojitos Meza.
Mención especial para el Atlas, que vive época de penurias luego de haber sido La Academia de nuestro futbol y de los clubes con cantera más productiva. Esta semana los rojinegros fueron puestos a la venta; esperemos que los nuevos dueños –si es que alguien se interesa por una escuadra con problemas de descenso– recuperen esa política de dar oportunidad a los jóvenes y ese futbol alegre que tanto se añora.