Cruz Azul se metió a la liguilla como para ser consecuente con su tradición dramática. Venció casi al final del partido 1-0 a Morelia, después de que durante casi todo el duelo parecía que no podría hacer nada en su cancha del estadio Azul.

El gol lo anotó Joao Rojas, ex jugador de Monarcas, quien más pasión imprimió a un juego que se contagió por la fría tarde de noviembre.

La primera parte transcurrió en un constante peloteo necio, con poco brillo de un par de equipos que parecían no encontrarse. Se veían incómodos, como si la ropa que los cubría les quedara demasiado ajustada o muy holgada.

Ambas escuadras peleaban la pelota, pero eran incapaces de hilvanar más de tres toques con gracia. En esas dificultades, poco a poco la zaga del Morelia empezó a trabajar más ordenada y a retrasar el juego hacia la media cancha.

Desde el lado celeste lo intentaron, sin duda, porque Rojas vaya que resultó molesto para la zaga del conjunto michoacano, pero Mariano Pavone no alcanzaba los embates de sus compañeros, pues le sobraba un segundo o le faltaba un centímetro para coronar alguna de las llegadas de Joao.

A los 10 minutos del encuentro, el mismo Rojas ya había hecho una jugada que sin parecer de mucha amenaza estuvo a punto de convertirse en gol. Desde el ángulo izquierdo disparó muy cerrado al arco y Federico Vilar sorpresivamente no pudo controlar las manos y apenas se le fue por muy poco encima del travesaño. Todos resoplaron de alivio.

Poco después, otra vez Rojas volvió a pisar el área rival con intenciones peligrosas, pero Joel Huiqui parecía inspirado y fibroso; le peleó la pelota, se le barrió y casi a ras de suelo le impidió disparar a la portería.

Algo le falló a La Máquina, que hasta tuvo que relevar a Achille Emana, quien un par de minutos después de un choque de rodillas cayó en la media cancha y tuvo que ser remplazado por Mauro Formica.

Pero si no cayó una anotación en la primera parte fue porque también operó la malicia del azar.

En un contragolpe veloz Morelia llegó al área con un ataque combinado. Andrade intentó fusilar fuera del área, pero Corona intervino impecable. Sin embargo, no pudo reaccionar para cuidar otra vez su arco y ahí estaba Guzmán para volver a intentarlo, pero por obra de algún milagro pudo atajar Luis Amaranto Perea completamente de espaldas, sin poder mirar de donde venía el tiro.

La segunda parte no deparó sorpresas más allá del espontáneo que entró a la cancha para presumir los boxers, antes de que la policía lo sacara del juego.

Rojas siguió intentando sin fortuna, pero con tesón. Trató por todas las vías, incluso una espectacular en la que buscó sorprender a un Vilar muy adelantado, pero que para mala fortuna del atacante su tiro se fue por encima del travesaño.

Cuando la noche cayó en el Azul, Joao le dio el premio a su equipo: Jair Pereira disparó, pero Vilar salvó su meta y en el rebote apareció Rojas, quien fusiló para el único de la noche, al 76.

Al 80, Morelia pudo haber logrado el empate, pero lo anuló el árbitro asistente. Un remate de Huiqui al fondo de la red fue descartado por el silbante porque vio un fuera de lugar que muchos pusieron en duda, pero fue una decisión correcta.

Morelia queda con 24 puntos y una fecha para pelear la clasificación, mientras los Cementeros celebraron su pase a la liguilla, al alcanzar 28 unidades, a falta de un partido para cerrar la temporada regular.

El técnico de Morelia, Carlos Bustos, afirmó que el gol de su equipo era legítimo, pero esta es la segunda vez consecutiva que les anulan un tanto: Nos tocó la parte mala del arbitraje.

Por su parte, Chaco Giménez desestimó la falta de contundencia de La Máquina. No nos preocupa porque en la liguilla llegará.

En tanto, el arquero Jesús Corona habló sobre el Tri y admitió que sorprende que Miguel Herrera no convocara a los jugadores en Europa: Uno espera que sean llamados, pero ahora toca responderle a los que sean incluidos.