“La vida precaria, y cómo hacer frente a ella, debe ser el tema central de la política en México. Cuando no están dadas las condiciones mínimas para que la vida exista en términos económicos, sociales y políticos, ¿cómo es posible que la sociedad haga frente? Quien debería ser responsable de realizar eso es el Estado, pero se ha convertido en un Estado canalla.

Por eso la tarea de hacer frente a las condiciones de la vida precaria, el hambre y la marginación, pertenecen hoy a la sociedad, así como la de reconstruir un nuevo Estado, expresó el historiador Ilán Semo en en el ciclo de conferencias Humanismos en el siglo XXI que se desarrolla en el Centro Universitario Cultural.

El colaborador de La Jornada se refirió a un fenómeno difícil de entender, surgido en México en los recientes siete u ocho años, en que el crimen organizado de manera fantasmal ha producido un tipo de víctimas muy peculiar. Son decenas, decenas, decenas, miles de personas que han desaparecido, que mantienen en la zozobra a todo el conjunto de la sociedad.

Para Semo lo impresionante de este fenómeno es que las desapariciones sólo parecen afectar a las personas directamente ligadas con la víctima, porque la sociedad no tiene empatía por lo que pasa. Personas sin nombres, sin rostros, anónimas, este fenómeno está en el centro de los problemas que afectan a la sociedad mexicana, aseguró.

El académico e investigador trajo a colación al homo sacer, una figura del derecho romano arcaico referente a una persona que ha sido vaciada de ley, que no tiene ningún derecho, ni a la vida, ni siquiera al reconocimiento a la muerte, y cuyo deceso no produce ninguna afección.

Agregó que el homo sacer tiene su historia en Occidente: “Es el resultado de lo que se llama el estado de excepción que es el derecho que se da el Estado moderno a suprimir todos los derechos en caso de que su estabilidad se encuentre en peligro. Durante el siglo XIX surgió el concepto de homo sacer, pero era una condición muy singular en que el Estado se refería estrictamente a un enemigo particular. El estado de excepción cambió mucho, sobre todo en la Segunda Guerra Mundial, porque convirtió a cada ciudadano en una entidad de sospecha”.

El homo sacer ha surgido en México, afirmó Semo, pero no como algo fuera de la ley, sino que ésta no se ha concebido todavía, y, por tanto, desborda nuestra capacidad de racionalizar.

También hablo del concepto de la no percepción: 30 millones de personas en México no tienen ni valor de uso, porque no tienen cualidades para trabajar. Están en la marginalidad total y por ello no tienen valor de cambio. ¿Cómo se define esa vida?: vida precaria. Es un concepto que tenemos que analizar con cuidado.

Hay condiciones mínimas que hacen posible la vida, como la comida y el aire, pero también hay necesidad de visibilidad, es decir, estar en la esfera de la representación. Reiteró la urgencia de reinstalar la empatía con la vida. Las humanidades, agregó, se dedican al problema de cómo volver a convertir la condición de vida en algo que nos produce afección.