Confía Monsanto en que lleguen pronto
; reforzará investigación de genoma del trigo
La biotecnología ha sido mal presentada por los activistas, insiste ejecutivo de la empresa
Viernes 1º de noviembre de 2013, p. 38
El titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez y Martínez, aseguró que no se liberarán los permisos de siembra comercial de maíz transgénico sin previa opinión científica.
México necesita elevar la producción de maíz amarillo –las importaciones son de entre ocho y 10 toneladas anuales– y en comparación con lo que hacen Estados Unidos, Argentina y Europa está rezagado, dijo en alusión al uso, por los agricultores de esos países, de semilla genéticamente modificada.
La siembra de maíz transgénico es un tema de gran controversia
, acotó en breve entrevista luego de inaugurar el Foro Internacional de Desarrollo Rural y Seguridad Alimentaria.
En el acto, organizado por la Fundación Mexicana de Desarrollo Rural con motivo de su 50 aniversario, Robert T. Fraley, ejecutivo de Monsanto, confió en que la determinación de liberar los permisos de siembra de maíz OGM lleguen pronto
, pues –argumentó– en los 20 años que 17 millones de agricultores del mundo han usado la biotecnología no hemos tenido problemas de seguridad alimentaria
.
Anunció que a partir del próximo año Monsanto reforzará sus programas de investigación para modificar genéticamente al trigo; se está trabajando con universidades de diversos países para complementar el genoma del trigo
.
Insistió en que la biotecnología “ha sido mal presentada por los activistas; en México la producción de soya transgénica –que está en sus fases finales de pruebas– ha sido un éxito. Espero que en mi próxima visita al país festejemos su siembra comercial”.
Al respecto, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, presidente del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, comentó que el organismo está acompañando en este debate a los 34 países que lo integran. Comentó que la mayoría de los países latinoamericanos están pensando en incursionar en la biotecnología como alternativa para incrementar la producción de alimentos; recordó que más de 60 por ciento de la soya transgénica que se consume en el mundo proviene de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
En México, abundó, los riesgos potenciales de sembrar maíz transgénico no se han descalificado y consideró que el debate en torno al uso de dichas semillas debe hacerse con bases científicas. El gobierno ha tomado con seriedad el tema
, concluyó.