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Al final del partido el público volvió a abuchear a los universitarios, que suman 10 puntos

Pumas ya no gana ni en su casa; ante Veracruz empató sin goles

Los del puerto se pueden meter a la liguilla pero dependen de la combinación de resultados

Luego de un primer tiempo sin trascendencia, en la segunda mitad ambos cuadros desperdiciaron oportunidades

 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de octubre de 2013, p. 4

Abuchear parece una nueva tradición en Ciudad Universitaria. Escuchar un coro de frustración cuando sale un delantero sin goles como Martín Bravo y cuando el árbitro silba la nota aguda del final de juego. Un sonoro reclamo ante un equipo que antes era imbatible en su casa y ahora parece siempre en cancha ajena. Ayer otra vez sucedió. Ahora con un equipo, el Veracruz, ante el que mantenía una superioridad abrumadora, pero al que ayer no pudo hacerle nada. Empataron sin goles, con un juego insípido y con pocas ocurrencias.

El rival era ese equipo al que en 2007 Pumas le metió ocho goles en ese mismo estadio. Pero hoy ese club universitario ya no existe, es una rareza, como dijo ayer su portero Alejandro Palacios.

Ese equipo raro salió a la cancha con muy poco que pelear salvo un poco de dignidad para no terminar el torneo en el último puesto de la tabla. Veracruz tenía otro panorama, ante el cuadro del puerto estaba la posibilidad de entrar a zona de clasificación.

Esa urgencia se notó desde los primeros minutos, cuando los escualos salieron con todo a buscar el área de los universitarios y metieron en aprietos a la zaga y la meta auriazul. Los defensas, como ha ocurrido a lo largo del torneo, estuvieron imprecisos, con el pulso tembloroso y el evidente miedo de cometer una torpeza que les costara el resultado en CU.

Y la delantera universitaria tampoco contribuyó para dar un poco de emoción al partido. Hasta el técnico José Luis Trejo parecía dominado por los nervios.

Con media hora de partido, una jugada exhibió el tono que invade al conjunto auriazul. El jugador escualo Ángel Reyna merodeó el área local, Verón salió y dejó su posición, Romagnoli perdió la pelota y sin resguardo en la puerta del rival saboreó lo que parecía un gol fácil. La fortuna para Pumas llegó en las piernas de Van Rankin con las que rompió las intenciones de Reyna.

Ángel Reyna, sólo amenazas

Y apenas un minuto después, Tejada disparó al arco y Alejandro Palacios se metió en problemas de forma gratuita y tuvo que hacer malabares para quedarse con la pelota y mantener el cero en su meta.

En esas circunstancias, el cuadro visitante empezó a ganar confianza y se volvió temerario. Reyna, en un plan de insolencia canchera, se metió por el carril derecho y recortó a Darío Verón, lo gambeteó de una manera que debe resultar ofensivo para cualquier defensa de medio pelo, y aún más para uno con el prestigio del paraguayo. Reyna desperdició esa oportunidad al enviar la pelota a las manos del Pikolín.

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El canterano puma Efraín Chispa Velarde tuvo una tarde ocupada en el estadio Olímpico Universitario, pero logró impedir que los atacantes del Veracruz consiguieran golFoto Notimex

Y ante la disolución de Bravo en el ataque, Javier Cortés tuvo algunas apariciones. La más clara, tal vez, cuando entró al área y estuvo ante la posibilidad de disparar al arco, pero la confianza parecía quebrantada en los auriazules y prefirió buscar un centro al que nadie pudo llegar. Un verdadero desperdicio.

Tal vez Cortés estuvo consciente de ese error y apenas un instante después quiso reivindicarse y en una carrera se metió al carril derecho, y aunque no tenía ángulo ahora sí se atrevió. Pero el arquero del Veracruz, Melitón Hernández, tuvo un mediodía tremendo con intervenciones precisas que salvaron su meta.

El segundo capítulo mejoró. Pumas salió como una nueva versión de sí mismos, con más ambición y seguridad, aunque al final tampoco consiguieron anotar, al menos se mostraron más orgullosos. La entrada de Carlos Orrantia les dio otro semblante, mayor dinamismo y osadía. No pasó lo mismo con la incursión de Luis García, pues el jugador español apenas se notó y pronto se perdió en la cancha.

Empezaba el segundo tiempo y Verón volvió a ser Verón, ese hombre que cuando ve que su equipo carece de eficacia ofensiva, sube y con su calva pone en aprietos a los arqueros rivales. Un córner estuvo a punto de abrir el marcador, pero el cabezazo del paraguayo se fue apenas unos milímetros encima del travesaño.

Y Orrantia también buscó lo que nadie se había atrevido en la primera parte y desde la media distancia trató de sorprender a Melitón con un disparo que también pasó muy cerca del larguero.

Veracruz también peleó por su causa pero perdonó una oportunidad que les habría dejado en mejor situación en la tabla: en un contragolpe Cristian Borja dejó escapar la oportunidad más fácil del domingo ante la portería.

Ariel Nahuelpán también cometió un disparate que impidió la victoria de Pumas. El argentino, quien sustituyó sin gracia a Martín Bravo, ganó una carrera y entró sólo al área del Veracruz, pero como en un duelo Melitón salió y le detuvo el disparo con el pecho. Tan cerca y sin escolta, Nahuelpán pudo hacer más que ese disparo anémico.

Veracruz entonces quedó con 19 puntos y ahora depende de una serie de combinaciones para poder meterse a la zona de clasificación. Pumas, en cambio, llegó a diez puntos y sólo espera cerrar el torneo de la manera menos vergonzosa posible. La verdadera esperanza del club universitario tal vez sea dejar de ser esa rareza de equipo que ya no gana ni en su propia casa.