La tormenta estuvo 3 días en el mar y tomó una fuerza que no se podía prever
Hoy el gobierno federal dará a conocer las causas y los posibles responsables del desastre
Lunes 21 de octubre de 2013, p. 7
El coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, aseguró que durante las lluvias de septiembre no hubo elementos para sobrealertar de la magnitud de la tormenta Manuel, que devastó diversas zonas de Guerrero. En este punto defendió a su administrador de los fondos para la emergencia, José María Tapia, quien en los momentos más complicados se hallaba en Las Vegas.
“Tuvimos una ‘no medición’ del acontecimiento: una interacción y estacionalidad de dos fenómenos naturales (en el Pacifico y en el Golfo) que provocaron el desastre”, dijo en entrevista.
Este lunes el gobierno federal dará a conocer el primer reporte sobre las causas y posibles responsables del desastre en aquella entidad y, a finales de mes, de todo el país.
A escala nacional, el temporal dejó como saldo 157 muertos, 19 estados afectados, 428 municipios declarados en desastre (81 de Guerrero) y miles de millones de pesos en pérdidas materiales.
Por el lado de la Secretaría de Gobernación, no se han emitido comentarios que hagan prever destituciones de alto nivel. El titular de la dependencia, Miguel Ángel Osorio Chong, sostiene que sí hubo comunicación directa con las autoridades locales para alertar del fenómeno, y que la desgracia tiene qué ver con la deforestación y el uso del suelo.
Puente insiste en que Manuel estuvo tres días en el mar tomando una fuerza que no se podía prever:
El volumen del agua nos llenó la parte alta de la Montaña y nos creó un desastre en infraestructura y en vidas que no estaba pronosticado. Si algunas autoridades no estaban acudiendo a la atención de la emergencia es porque de alguna manera el alertamiento hecho por nosotros, a través de la NOAA (la agencia meteorológica estadunidense) y de la Comisión Nacional del Agua, no significaba un sobrealertamiento mayor al que se dio. El alertamiento de mayor peligro estaba en Veracruz y Tamaulipas
.
La defensa implícita y explícita va en cadena: Osorio y Puente hacen énfasis en la invasión de humedales –por corrupción o ineficiencia
– y las autorizaciones para construir en zonas que eran cauces naturales de ríos, así como la deforestación irracional
en las sierras.
En cuanto a la defensa de José María Tapia, director del Fondo Nacional de Desastres (Fonden), Puente argumenta que el jueves 12 de septiembre le concedió permiso para ausentarse por motivos personales (es una cuestión humana, era su aniversario de bodas
) y que constató que el Fonden estaba debidamente cubierto
con los subalternos del viajero.
“Esas cosas no las niegas (permisos); el jueves no teníamos (problemas); hasta el 13 en la mañana es cuando empieza la acumulación del agua, pues el 11 y 12 traíamos muy bajo a Manuel y traíamos a (la tormenta) Ingrid con un proceso mayor; mi preocupación era Ingrid. El Fonden se activó el 16, una vez que lo solicitó el gobernador, como marca la ley.
“¿Sabe dónde estaba el día 16 José María Tapia? En la bodega de Acapulco instalando el comité de evaluación.
No puedo culpar a una persona que me pidió algo; yo soy el responsable. Si mañana otro me pide (permiso), yo tengo elementos que cubren las guardias. Aquí se trabaja 24 horas al día
, remarcó Puente.
–Históricamente, septiembre es un mes muy complicado para Protección Civil (por la agudeza de los ciclones). En teoría no debería haber permisos para nadie…
–Podría ser, pero la verdad, si conocieras a la gente que trabaja aquí… sí se la saben, ¿eh? Son magníficas personas haciendo su trabajo. Había una persona fuera de México (pero) el Fonden no falló un solo instante.
Tapia no era el único que estaba en otros asuntos cuando a miles de guerrerenses les estaba llegando el agua literalmente al cuello.
La mañana del 15 de septiembre pasado, cuando el servicio meteorológico marcaba para Guerrero, en un informe especial
, 323 mm, un potencial cinco veces superior al foco rojo de lluvia intensa a torrencial
(calificado así cuando la acumulación sobrepasa los 70 mm), funcionarios federales y estatales estaban en otro lado.
El gobernador Ángel Aguirre departía en la cena por fiestas patrias, mientras en el Zócalo capitalino –dos días después del desalojo de los maestros disidentes– se alistaba la primera ceremonia del Grito de independencia, a cargo del Presidente Enrique Peña Nieto, así como el desfile militar del lunes 16.
Si bien el mandatario se disculpó con sus invitados porque no se podía quedar a la cena en Palacio Nacional y dio la orden de que varios de sus secretarios se trasladaran de inmediato a las zonas afectadas, esto fue posible varias horas después, porque no había condiciones seguras para emprender los vuelos, aun cuando hubieran estado todas las naves listas
.
Puente dice –en entrevista con La Jornada– que en todo momento el y su equipo permanecieron en la zona e incluso en uno de los trayectos aéreos, el domingo 15, estuvo a punto de desplomarse. Su director de Protección Civil estuvo varado cinco días en La Pintada, la comunidad sepultada por un alud de lodo.
“Desde que salimos del Ajusco, poquito antes de La Pera, el helicóptero en el que yo iba perdió totalmente la visibilidad. El piloto trató de subir más la nave y todo se volvió gris; empezó a gritar ‘¡perdí sustentación!’ y como moneda, ¡para abajo!; el helicóptero se volteó y cuando vi las copas de los árboles, dije: ‘ya valí’. No sabes la regañada que me puso el Presidente”, relató.