Los impresentables
rimero despreciaron a la prensa haciéndola esperar cinco horas y ya metidos en el pozo de la vergüenza, dieron una cátedra de prepotencia mezclada con ignorancia. Encabezados por su hombre de paja, Justino Compeán, los dueños del futbol mexicano se rieron de la afición y tuvieron además el descaro, vía el fracasado mandamás del Guadalajara, Jorge Vergara, de exigir a los medios 45 días de tregua, 45 días en los que nadie deberá criticar el desempeño del Tri y de quienes lo manejan a su antojo.
Yon de Luisa, del América-Televisa, llegó a decir que su equipo acude al rescate de la selección porque así lo pide México. No explicó de qué manera les llegó tamaña súplica, pero ya vendió que su empresa, generosa y altruista, se sacrificará en aras del bien nacional. Es México o es Vucetich
, llegó a decir Compeán. Y se quedó tan ancho.
El nuevo Tri-América será dirigido por Miguel Herrera, un hombre que, si dispusiera de un mínimo de materia gris, hubiera rechazado la encomienda por respeto a sí mismo y a sus colegas. Que cada quien se coma la que le toca
, lanzó el ilustrado Vergara, quien se dobló ante Televisa destacando el gesto de prestar a su entrenador y a sus jugadores.
Lamentable show que incluyó también un abierto desprecio a Víctor Manuel Vucetich, a cargo del inescrupuloso Compeán, quien no hace sino cumplir a cabalidad el rol por el que le pagan: es la voz de sus amos.
El llamado Piojo Herrera fue contratado para dirigir cinco partidos, entre ellos dos del repechaje frente a Nueva Zelanda y un amistoso ante Finlandia, que servirán para ingresar una lana en las escuálidas arcas de los dueños del balón.
En tan lamentable aventura será acompañado por Ricardo Peláez, y de seguro por casi todo el plantel americanista. Todos ellos se reintegrarán a la nómina de Emilio Azcárraga Jean una vez terminado ese miniciclo. A partir de ahí los sesudos dueños se sentarán para echar cuentas y decidir si Herrera sigue con el proyecto Tri-América o, de plano, se avientan el tiro de fichar a Pep Guardiola, naturalizar a Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Radamel Falcao para garantizar el éxito del negocio.
Son capaces de eso y de mucho más. Nadie le ha faltado el respeto tanto y tan seguido al futbol mexicano como sus propios dueños. Son unos impresentables.